Miguel Salinas, muy recordado en su pueblo. Dejó un legado. / Foto: CORTESÍA

24 Dic, 2013 | Entre las manifestaciones folclóricas asuntinas del mes de diciembre lo más esperado cada año en la capital del municipio Arismendi, es la escenificación del baile de La Osa, el cual viene desarrollándose desde hace seis décadas.

Reúne lo mejor de la parranda, con sus instrumentos tradicionales, pero además resalta la actuación de quienes hacen la pantomima perfecta, con música y arreglos para la ocasión. Lo que que nació con una diversión, ha calado en el pueblo y ya es parte de la tradición

Este 23 de diciembre se realizó el gran parrandón en la calle El Dique sector El Castillo de La Asunción, un evento en homenaje póstumo a Miguel Salinas, "el Oso mayor". Su nieto, Jesús Salinas, de 22 años, es quien ahora baila "la Osa", especie de disfraz con la enorme cabeza de este animal, para animar las presentaciones en medio del jolgorio de niños y adultos presente en la calle.

A las faldas del cerro

El sector el Castillo de La Asunción recibe su nombre precisamente por estar a las faldas del cerro donde se localiza la fortificación Santa Rosa, Por eso el grupo de parranderos se bautizó Santa Rosa.

La calle El Dique -también llamada así, porque está cerca del embalse asuntino- es el epicentro del parrandón y de los bailes que protagonizan cada año con la osa.

Joel José Silva Salinas, de 47 años, destaca que lo más hermoso es que estas son manifestaciones culturales que van siendo asimiladas al paso del tiempo de generación en generación, con hijos, nietos y bisnietos.

El grupo Santa Rosa está conformado actualmente por Wilmer Marcano, quien toca la tambora y hace la función del cazador; Omar Silva, quien se disfraza de mujer con atuendo jocoso y "elegante"; Henry Silva, cantante; Jesús Salinas, encargado de bailar la osa; Ronald Guerra, quien hace la representación de un doctor o médico.

A Joel Silva le corresponde tocar la charrasca y canta la osa; Eufrán Marcano (también integrante del grupo Tradición Asuntina), quien toca el cuatro: Miguel Salinas, en el coro e igual en el canto David Marcano, entre otros que se integran en la tarima que se monta anualmente.

Deriva de la diversión

Presentado actualmente en son de parranda, las características del baila de La Osa sin dudas derivan de lo que han sido tradicionalmente las diversiones margariteñas, que acostumbraban salir a las calles en las fiestas navideñas. Entonces era una isla de Margarita más modesta, sin grandes centros comerciales, ni bingos ni cines, motivo por el cual la gente buscaba divertirse con sus propias ocurrencias y con chispa humorística, propia del insular.

El baile de La Osa tiene mucha semejanza con las diversiones margariteñas. Incluso en éstas últimas hay giros dancísticos donde el personaje más observado y aplaudido es el bailador del símbolo, quien se mueve al son de la música. De acuerdo con lo explica Alberto Valderrama quien baila realiza con el símbolo formas que únicamente se logran cuando es un experto...no es tan fácil como "pelar mandarinas".

Los pueblos se hacen grandes cuando reconocen a quienes, en forma desinteresada, les han dado sus aportes para el crecimiento espiritual e intangible, sin fines de lucro. Esa es la historia que se narra de la vida y trayectoria de Miguel Salinas, quien a pesar de haber fallecido, dejó lo mejor de sí a sus coterráneos del cerro El Castillo de La Asunción quienes lo han bautizado El Oso Mayor Proviene tal denominación desde que este ilustre personaje del municipio Arismendi, creara en la década de los años 60 el popular baile de La Osa.

Salgan para afuera/ y vengan a ver/ qué bonita osa/ trae esa mujer. La anterior es una de las estrofas que actualmente interpreta Joel José Salinas y que animan el baile cada año. Ésta era la osa/ que estaba perdida/ la encontré en el dique/ sola y escondida. Así se va cantando y tocando, para alegrar las Navidades, siendo invitados otros grupos al parrandazo central del 23 de diciembre, para recordar a Miguel Salinas, quien junto a la popular Emiliana "Ñaña" Marcano de Salinas, hoy de 80 años, contagiaron con su entusiasmo a todo un pueblo.