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Vuelve el entuerto económico
¿Qué pasó con las supervisiones en las tiendas, centros comerciales, tarantines y lugares semejantes? Nadie explica por qué no se hicieron más.
Pedro Salima psalima36@gmail.com

23 Ene, 2014 | Bien, no se puede negar porque la verdad está en las cajas de los comercios, el gobierno bolivariano bajó la guardia y los precios andan otra vez por las nubes, inalcanzables para el ciudadano común. Pero, además de eso, se aparece otra vez un alto funcionario, de los más altos, camaradas, y nos repite la cantaleta de siempre: no hay devaluación, aunque en la práctica vuelven a devaluar la moneda nacional.

Es cierto que no somos duchos en economía, pero sí entendemos que si ahora el bolívar se coloca otro poco por debajo del precio del dólar, entonces hay devaluación.

Ajá, ya sabemos que por solidaridad partidista o defensa del proceso o para no arriarle la burra para el monte a Maduro, debemos hacernos los muertos. Sólo que el bolsillo reclama, la faltriquera se resiente y contra eso no hay disciplina partidista que pueda.

Además que no terminamos de entender el entuerto. El gobierno anuncia nuevos precios para los vehículos, y de acuerdo al anuncio los precios de esas máquinas bajarían; el propio presidente Maduro anuncia que la ley para regular las ganancias está lista y pronto entrará en Gaceta Oficial. Ninguna de las dos decisiones se concreta.

Lo contrario sucede con el valor del bolívar. Todos en el gobierno declaran que no habrá devaluación, que eso es pura coba de la oposición y de los medios. Y ¡plum!, nos devalúan el bolívar en la práctica.

¿Es que lo anunciado será sólo anuncio, mientras lo negado es lo cierto? Vaya con la economía, en definitiva no la podemos entender. A la final no faltará un sesudo dirigente del partido que ante nuestras dudas, nos dé una palmadita en el hombro y con esa ya odiosa pose de perdonavidas me dirá: "Es que tú no sabes nada de la alta política, Pedro".
Bien, será así, sólo que son nuestros ingresos los que merman ante la realidad. Y nuestros dirigentes siguen tan rozagantes, tan súper papeados, tan firmes sobre sus pies, que a veces sentimos que ellos (los dirigentes) está allá, arriba o en otro lado, tan lejos del mercado, tan ajenos a los precios, quizás porque ellos sí pueden pagar. No sé, son vainas de uno, una forma de expresar nuestra inquietud ante ese inexplicable entuerto que resulta la economía en este país.

¿Qué pasó con las supervisiones en las tiendas, centros comerciales, tarantines y lugares semejantes? Nadie explica por qué no se hicieron más. Ni nadie se explica por qué un supervisor tan embraguetado como Eduardo Samán fue sacado del gobierno. Nadie nos explica por qué si el propio camarada presidente dijo que Samán fue llamado al gobierno para hacer "la revolución dentro de la revolución" y para que "salvara al pueblo", lo despiden en un santiamén.

Por ahora nos queda esperar a que aparezca en Gaceta Oficial la ley que va a regular las ganancias. Eso sí, también esperamos que la ley no sea víctima de las trompetillas de los empresarios. Eso se vería bien feo.




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