Pepitonas o pata e'cabra. / Foto: VANESSA RANGEL

19 Abr, 2014 | Han quedado en el pasado los tiempos en que empresas enlatadoras no solo compraban a los pescadores locales gran producción de pepitonas, sino que además generaban empleos para procesar este molusco. En comunidades como La Isleta, municipio García, una decena de familias se dedican al oficio pero de corte artesanal.

Procuran extraer a diario entre 40 y 50 kilos, en función de los "encargos". No sacan al azar sino según como vengan los pedidos de los clientes habituales, explica el dirigente Orangel Antón, quien preside la Asociación de Pescadores de La Isleta.

Aparte de la pepitona en esta población también combinan con la captura de cangrejas, pesca de bagre cacumo y carachana. Todo depende de cómo anden las corrientes, explicó Antón.

En el caso de las pepitonas la faena se realiza muy cerca, apenas a 500 metros de la orilla. El trabajo se hace en familia, porque mientras unos la sacan con las rastras, sobre todo las mujeres preparan la leña para el "esgullado" de la concha.

Antón recuerda épocas pasadas cuando en la isla de Coche y Punta de Piedras hubo empresas procesadoras de pepitona, comúnmente llamada pata e' cabra.

-Todas esas enlatadoras desaparecieron e incluso en el estado Sucre quedan muy pocas de este tipo. Hay algunas compañías hacia el centro del país y quedan en el vecino estado oriental solo las picadoras, que luego envían a Maracay, por ejemplo, especies como la sardina ya las mandan sin cabeza. Sin desperdicio.

"Pancho" Reyes, pescador de La Isleta, es uno de los protagonistas de la faena diaria de sacar la pepitona. El procesamiento de este producto marino lo hacen de manera artesanal. La pala para el arrastre mide aproximadamente un metro de ancho por 40 centímetros de altura, detrás de ésta está la malla por donde cae la pepitona.

Según apunta Orangel Antón antes esta malla era de mecate. En los últimos tiempos es de alambre tipo cerca de alfajol.

Incidencia económica

Aun cuando el procesamiento no se da a escala industrial, el hecho de que centenares de familias margariteñas y cochenses vivan de su extracción, le da valor en el tiempo a esta actividad económica.

Al abordar esta misma temática Alfredo Gómez Gaspar, en su libro "Los recursos marinos renovables del estado Nueva Esparta", dedica un buen espacio del ilustrativo texto a explicar todo lo relacionado con la pepitona.

Concluye que tanto la pesca, como la extracción de su carne "tienen una incidencia socioeconómica importante en algunas comunidades pesqueras".

En el oriente del país esa pesca destaca más hacia la costa norte de Araya, y en Margarita y Coche con menor escala.

En algunos casos para los lances de pesca se utilizan dos rastras que se halan cada una por los costados del bote.

Agrega que en la embarcación laboran de tres a cinco marinos. Uno es el patrón que la conduce y los restantes se encargan de las actividades del levante del arte, la selección, la limpieza de las pepitonas y su introducción en sacos; las embarcaciones menores o peñeros llevan tres marinos a bordo y generalmente utilizan una rastra. Estas capturas son para uso común directo o venta al detal.

Antecedentes

En el estado Nueva Esparta se refiere que en 1970 existían cuatro bancos principales (El Tirano, Moreno, cabecera de la isla de Coche y El Yaque), con área desde 3,5 hasta 65 km2 y cuatro secundarios (La Guardia, El Horcón, Las Maras, Las ramas de Porlamar y La Uva en Coche) con áreas de 2 hasta 75 Km2. En los bancos productivos pueden capturarse más de mil 200 kilos de pepitona por hora de arrastre efectiva.

Todo una riqueza de producción que no ha sido bien valorada.

La pepitona es un molusco hermafrodita protándrico. Inicia la madurez sexual cuando tiene una longitud de 25 mm y hasta los 35mm todas las pepitonas son machos, Cuando llegan a 40 mm progresivamente comienzan a cambiar de sexo, pero aún así, los machos predominan en los ejemplares con talla de 50 a 60 mm, en este rango la proporción sexual es de 4 machos por hembra, explica Alfredo Gómez.