24 Jul, 2014 | Si hubo algo que con el tiempo y el paso de diferentes gobiernos había mantenido prestigio e imparcialidad fue precisamente el Premio Nacional de Periodismo. Los ganadores eran seleccionados por un jurado neutral provenientes del medio informativo, con credenciales a montón y bien ganada reputación y los galardonados eran premiados por sus méritos profesionales y no por sus criterios ideológicos y mucho menos por su militancia política.

Pues bien, habría que ser muy ingenuo para creer que esto se mantendría así bajo la égida del régimen destructor y lo que al final presenciamos fue un premio (en minúsculas) que progresivamente se fue pervirtiendo y degradando al punto que este año se llegó al descaro de convertir – el otrora acreditado honor - en un falseado y partidizado reconocimiento del PUS. Por cierto, igualmente contaminaron el Premio de Literatura Rómulo Gallegos (Vargas Llosa, García Márquez etc.) con el infame virus rojo de la política barata y oportunista por encima de las letras enaltecedoras.

No salíamos del asombro al escuchar a Nicolás el día del periodista con ese lenguaje escatológico y elemental que lo caracteriza en una arenga política partidista, atacando a los medios independientes y no sumisos, acusándolos de traidores, apátridas y golpistas, restándole valor al trabajo de los comunicadores que no son parte del aquelarre escarlata y descalificando a quienes piensan y opinan diferente. La misma acostumbrada cantaleta.
Siempre, por cuestión de principios éticos y morales nos hemos negado a viciar la verdad y para demostrar que nos asiste la razón recordaremos sobre quienes recayó el devaluado reconocimiento. En medios impresos en el Diario de Caracas, experimento panfletario del Alcalde de Caracas y financiado por los contribuyentes en clara ruptura con la moral y las leyes; en TV, Telesur; periodismo digital, un reportaje de la AVN; en radio, la emisora roja de Puerto Ordaz Sónica 103.3; en opinión a un articulista pro chavista de Ultimas Noticias, en caricatura también a alguien proclive al régimen, mención de honor (?) al Correo del Orinoco y así hasta la última de las categorías. Por cierto, el año pasado le habían regalado el premio al "supremo y eterno" ya fallecido para la fecha.

Aparte de lo fariseo y obsceno del tema, lo más grave y reprochable es la violación flagrante e impune a la Ley del Ejercicio del Periodismo que claramente establece que para ser Periodista o Comunicador Social hay que tener un título universitario que lo avale y estar inscrito en el Colegio Nacional de Periodistas. Así pues, que los que no cumplan con estos requisitos (en este caso muchos de los nominados) son unos piratas de la profesión. Por cierto, aquí en Margarita el Consejo Legislativo rojo pretendió entregar el premio de periodismo regional a cualquier tránsfuga disfrazado de periodista con tal de que sea del régimen. No lo lograron gracias a la firme y solidaria postura de rechazo de los verdaderos periodistas insulares y su comprometido gremio. ¡Bravo!