14 Sep, 2014 | "Yo pensaba, sobrino, que el Amir Estabién era un hombre serio, pero ha resultado ser un vergajito consentido que hace berrinches, patalea y se tira al suelo cuando no le dan lo que quiere". Mi mente se despereza y trabaja para entender de quién me habla el tío Caballo Rojo, pero no me da.

"Le estoy hablando de ese muchacho que apareció hace unos pocos años en Porlamar forrado en centavos, haciendo trabajos de caridad en algunos barrios y en base a eso montó un movimiento y quiso ser alcalde, pero fracasó. Después coqueteó con los copeyanos y se quiso convertir en el gran elector en las últimas elecciones para fracasar de nuevo".

Esta parrafada me aclara la entendedera. ¡Claro!, es el Amir Estabién, el que iba seguro como concejal por la oposición por un circuito y se molestó porque no lo pusieron a encabezar la lista. "El mismo, sobrino, que se creyó que tenía comprados todos los votos de Porlamar por la cantidad de reales que había repartido y le pasó lo mismo que al Rastrillo acá en Antolín. La verdad es que ahorita fuera concejal, pero Alá es grande y castiga la mala intención".

Recuerda Caballo que el Amir resolvió irse con los rojillos y respaldó al candidato Andante para la alcaldía, en contra de los que habían sido sus compañeros. "Bueno, perdió el chivo y el mecate". Le pregunto al tío a qué viene esta mención de Estabién, a la que no le veo utilidad, pues el hombre se desapareció después de la derrota.

“Precisamente, sobrino, porque acaba de aparecer, pero para mi sorpresa y la de muchos, no lleva puesta la franela roja, sino la amarilla de los justicieros; por cierto que no le arriendo la ganancia al paisano Rajado, que anda celebrando por anticipado su curul de diputado en el Capitolio, en lugar del hijo del Virrey de Los Robles”.

Apunta que el retorno de el Amir se produce en el tiempo justo de preparación para las elecciones parlamentarias del año que viene y seguramente querrá un puesto en la lista (cuídate, Tamburrini). "El asunto es que el hombre apuesta a la mala memoria de los margariteños y cree que nadie recordará la trastada cometida hace menos de un año, pero yo le recomiendo que no crea tanto, que se va a volver creyón, porque nadie asegura que no volverá a hacer un berrinche y pintarse de rojo otra vez".