Comunidad pesquera de La Galera. / Foto: CARIDAD LEAL

14 Feb, 2015 | El pescador se siente atrapado en el mar. También decepcionado de carecer de protección y seguridad por parte de organismos obligados, constitucionalmente, a resguardar los espacios acuáticos y a quienes los horizontes azules parecen haberle quedado grandes para el patrullaje marítimo. Tampoco capaces de garantizar la recuperación de los motores que les roban a los pescadores, ni en la respuesta de apoyo crediticio a quienes, despojados de sus bienes, quedan sin forma de sustento. Concluyen en que las promesas son puro "embuste".

Lamento del marino que recorre cada comunidad pesquera, y La Galera no es la excepción. Sobre el tema de la inseguridad se habla de un extremo a otro de la Isla.

Teodoro Agreda todavía tiene el dolor de ver a su hijo regresar a tierra, luego de que le robaran dos motores. "Eso fue en enero y el bote era ajeno. Él salió de aquí a las cuatro y media de la tarde, y no solo a mi hijo lo asaltaron, sino a otros cinco o seis botes más en Punta de Tigre (frente a Macanao), mientras a otros por Manzanillo", relata, y sigue reparando su tren.

-Ahora cuando uno va a la faena de pesca allá afuera, anda preocupado, porque vienen esos piratas del mar "empistolados". Una vez a mí me llegaron hacia el costado del bote, saltaron en medio de la oscuridad y a uno lo meten en el fondo del peñero, luego lo tapan y lo pisan amenazando con la pistola de que te van a matar. Te llevan los motores, baterías con las cuales encendemos el farol y hasta los celulares.

Afirma que tras una protesta reciente, hubo promesas de las autoridades, pero todavía no hay un solo motor recuperado, ni tampoco vigilancia en el mar. "Nos han metido mucho embuste, y si recuperan un motor lo pasan a la Fiscalía y así entre un trámite y otro, nunca recuperamos nada".

Apagan la luz

Entre las "precauciones" que están adoptando está el apagar lámparas o faroles que lleva y que encienden con baterías, pero en el fondo saben que eso "no vale de nada", como comenta Manuel Silva (69), pescador de La Galera. "Cuando no son los ladrones, son las lanchas o los barcos que te pueden llevar el tren", afirma, al tratar de describir esos momentos en medio de la oscuridad. Entonces la noche dibuja fantasmas por todos lados.

José García (58), junto a Silva, coincide en que al igual que en el pasado puede darse un patrullaje. El mar es inmenso, pero sugieren que al menos haya una estrategia de recorrer con lanchas las zonas de mayor faena.

Manuel Silva y José García. / Foto: CARIDAD LEAL

"Puede ser desde la cabeza de la Ballena, hasta la ruta de Los Frailes y Punta de Tigre, para comenzar. Por algún punto hay que arrancar en busca de protegernos", dijo Silva.

Si en el pasado el pescador acostumbraba "a echar el tren" a las seis de la tarde, y "levarlo" a las seis de la mañana, ahora tratan de acortar esa estadía.

"Nadie ahora se siente seguro, ni quiere ir a la mar en la noche, porque piensan que te van a matar allá afuera", riposta el pescador Adalberto Subero, quien prefiere no ampliar sus impresiones de lo ocurrido.