Efraín Velásquez, expositor en el foro. / Foto: DANIEL RAMÍREZ

12 Mar, 2015 | La situación económica del país no es insalvable a corto plazo pero de prolongarse "el desorden fiscal y monetario" podría tornarse insostenible. Esta fue una de las conclusiones del economista Efraín Velásquez, quien participó en el foro Perspectivas Económicas 2015, ofrecido por la Cámara Venezolano-Americana de Comercio e Industria (Venamcham).

La caída de la cesta petrolera venezolana reducirá este año la "disponibilidad real de divisas", enfatizó Velásquez. Ello se refleja en una disminución de alrededor de 29% de la capacidad de importación.

En 2014 el Gobierno destinó 44 millardos de dólares para adquisiciones externas y este año, Velásquez estima que sólo tendrá USD 31 millardos.

Las limitaciones para importar afectarán la actividad económica, que prevé caiga del 7 al 8%. Además, un 30% de los insumos y materias primas que requiere el aparato productivo nacional son foráneos.

La reducción de las importaciones también acelerará la inflación. La demanda de los consumidores, denominada en bolívares, supera con creces la oferta de bienes importados. Por tanto la inflación oficial de 2015 podría cerrar en 82%.

Desorden fiscal

Hasta que el Gobierno desista de financiar sus gastos mediante la impresión de billetes, transferidos por el Banco Central de Venezuela (BCV), no habrá un sistema cambiario eficiente.

En 2014, el BCV financió al Gobierno con el equivalente a 7% del PIB, que en términos monetarios son Bs 270 millardos. Es un dinero que termina pagando la sociedad entera mediante una inflación más alta y un mayor desabastecimiento.

Velásquez evaluó al Sistema Marginal de Divisas como un mecanismo "administrado", significando que no cotiza de acuerdo a lo que dicte la ley de la oferta y la demanda. "Se va a seguir ampliando el diferencial entre el dólar paralelo y el Simadi. Esto va a hacer que fracase este sistema", dijo Velásquez.

Modelo político

El modelo de libertades políticas y económicas genera mayor preferencia entre los venezolanos que aquel caracterizado por más controles políticos-económicos, así lo apuntó Alfredo Keller, ponente en el foro de Venamcham. En 2013, 55% de los venezolanos prefirieron un país donde existan libertades políticas y económicas. Un 24% se decantó por un modelo con menos libertades.

Un 71% afirmó que es necesario devolver las empresas expropiadas al sector privado para que haya abastecimiento.

El control político en manos de militares es rechazado por 60% de la opinión pública.