Tras 15 días con las nasas sumergidas, estas tenían en su interior ocho kilos de mero. / Foto: DANIEL RAMÍREZ

8 Ago, 2015 | Además de redes y anzuelos, los pescadores artesanales de Nueva Esparta emplean en sus faenas las nasas, que es un arte de pesca pasivo, tipo trampa, el cual le puede rendir buenos frutos luego de estar sumergida en el mar al menos 15 días.

José Hernández, pescador del municipio Antolín del Campo, relata que para una jornada de captura con nasas, junto con otros pescadores deben hacer varios viajes mar adentro, pues en cada ida trasladan al menos cuatro de estas trampas, y deben entrelazar unas 35 nasas para lograr una buena captura. Las nasas son montadas en líneas mediante una cuerda madre que las agrupa, para facilitar cuando sean embarcadas en el peñero nuevamente.

En la más reciente jornada de pesca de Hernández, con el uso de las nasas que permanecen en el fondo marino y con un cebo en su interior, logró la captura de 42 kilogramos de pulpo, otros ocho de mero y seis de pargo.

Para este pescador experto en la captura de estas especies, la cantidad obtenida se encuentra entre los parámetros de normalidad.

El número de días que estén las nasas en las profundidades variará, dependiendo de las especies que quieran capturar. En el caso de las 35 nasas de Hernández, estuvieron 15 días, pero él asegura que pueden estar solo ocho días.

Lugar

Para la captura de estas tres especies, pulpo, mero y pargo, los pescadores que acompañan a Hernández navegaron hasta las aguas de Cabo Negro, en Manzanillo, donde lanzaron las artes de pesca en la espera de una buena captura, la cual les produjo buenos dividendos, por tratarse de tres especies que se cotizan a un alto precio en el mercado insular.

Cabo Negro no es el único lugar donde pueden lanzar las nasas, pues los hombres de mar también lo hacen en aguas de Los Frailes y otros puntos donde la presencia de peces y moluscos es constante.

Arte

Las nasas son estructuras que constan de un armazón que puede ser mayormente de madera, pero también metálico o de PVC, una red plástica o metálica a modo de revestimiento, un embudo para permitir la entrada de los peces, y en su interior se coloca algún cebo.