Arreaza acompañado del defensor del Pueblo, Tarek William Saab. / Foto: CORTESÍA.

3 Sep, 2015 | La República Bolivariana de Venezuela reafirma su voluntad de construir una nueva frontera de paz con Colombia, en la que se respeten las leyes internacionales y en la que ambas naciones trabajen en conjunto para combatir el paramilitarismo, el contrabando, el secuestro y el narcotráfico, prácticas delictivas que pretenden ser inoculadas en territorio venezolano desde el país neogranadino.

El vicepresidente de la República, Jorge Arreaza, en transmisión de Venezolana de Televisión, ofreció este jueves un balance del encuentro con 70 representantes del cuerpos diplomáticos y organismos internacionales acreditados en el país, a fin de exponer las acciones implementadas por el Gobierno Bolivariano en la frontera del estado Táchira con Colombia, que buscan restituir la paz y la seguridad en esta región, que está siendo afectada por prácticas paramilitares y acciones de contrabando de extracción de productos venezolanos hacia la nación neogranadina, que afectan el desarrollo social y económico de Venezuela.

En el encuentro, que se llevó a cabo en el salón José Antonio Sucre de la Casa Amarilla, en Caracas, participó también el Defensor del Pueblo, Tarek William Saab, quien expuso a los representantes diplomáticos su recorrido, junto a representantes del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiado (Acnur), por el sector La Invasión, ubicado en San Antonio del Táchira, el pasado 30 de agosto, en donde quedó claro que el Gobierno venezolano ha respetado en todo momento los Derechos Humanos y, dentro del marco de la Constitución y la ley, deportó a ciudadanos en situación de inmigrante ilegal.

En Táchira, específicamente en la población de San Antonio, el pasado 19 de agosto se registraron ataques paramilitares en los que resultaron gravemente heridos, por grupos paramilitares colombianos, tres soldados de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana mientras realizaban funciones contra el contrabando de extracción.

Ante estos hechos, el presidente Maduro decidió cerrar la frontera y decretar Estado de Excepción en los municipios Bolívar, Pedro María Ureña, Junín, Capacho Viejo, Capacho Nuevo y Rafael Urdaneta del estado Táchira, y el viernes pasado, durante una concentración en Caracas, en la que venezolanos y colombianos rechazaron las acciones de paramilitarismo y la guerra económica, el jefe de Estado anunció que la medida se extendería a otros cuatro municipios: Lobatera, Ayacucho, García de Hevia y Panamericano.

Durante sus declaraciones, Arreaza señaló que Colombia no ha demostrado la verdadera voluntad política para salir adelante en este problema, y no se ha sumado a las acciones para combatir estos delitos en la frontera, afectando a su población.

Comentó que en Venezuela viven actualmente más 5,6 millones de colombianos, que llegaron huyendo de la guerra interna que vive el vecino país y que gozan de los mismos derechos que tienen los venezolanos.

"Esa situación ha generado la presencia, por desplazamiento, de 5 millones 600 mil colombianos, que han decidido venir a Venezuela como única opción para seguir viviendo con dignidad", dijo el Vicepresidente venezolano.

Asimismo, denunció que el gobierno de Juan Manuel Santos se ha negado a tomar acciones que prohíban el contrabando de productos venezolanos hacia Colombia, donde son vendidos en detrimento del pueblo de Venezuela, como es el caso de la gasolina que escasea en zonas de Táchira pero es vendido en departamentos colombianos con cobro de impuestos municipales y departamentales, es decir "el gobierno saca ganancia de la ilegalidad. Eso es inadmisible", dijo Arreaza.