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La bolsa de Casimiro
Por su expresión, veo que al tío Caballo Rojo lo embarga una gran tibiera. Le doy un vaso de agua para que coja mínimo y espero. “Sucede que en estos días vendieron en varios sectores del pueblo la famosa bolsa de comida, que traía dos paquetes de harina de maíz, uno de harina de trigo, un frasco de mayonesa, un litro de aceite, un kilo de arroz y un envase de mantequilla, que vendieron en unos sitios por 2.900 simones y en otro por tres mil. Me contaron que hace un tiempito los consejos comunales hicieron un censo de las familias que residen en cada zona, y por ahí empiezan las irregularidades”.
Marcos Tineo M. | tineo.marcos@gmail.com

25 Jun, 2016 | “Le voy a contar una historia que pasó antier mismo, sobrino, para que tenga una idea de cómo funciona el humanismo de estos señores que se dicen socialistas, pero que sus estrechas mentes no están en capacidad de interpretar el significado de esas dos palabras”.

Por su expresión, veo que al tío Caballo Rojo lo embarga una gran tibiera. Le doy un vaso de agua para que coja mínimo y espero. “Sucede que en estos días vendieron en varios sectores del pueblo la famosa bolsa de comida, que traía dos paquetes de harina de maíz, uno de harina de trigo, un frasco de mayonesa, un litro de aceite, un kilo de arroz y un envase de mantequilla, que vendieron en unos sitios por 2.900 simones y en otro por tres mil. Me contaron que hace un tiempito los consejos comunales hicieron un censo de las familias que residen en cada zona, y por ahí empiezan las irregularidades”.

Dice que en ese censo entraron unas familias y otras no. Aparentemente, la idea no es distribuir los alimentos para todos los venezolanos, dados los problemas de escasez que afectan tanto a rojos, blancos, amarillos y multicolores, pobres, de medianos ingresos e incluso a los que tienen más plata. “No. El criterio de estos señores es meter primero a su gente, familias, amigos y compañeros, y si sobra, a los demás. El criterio es sencillamente, que se le entrega la bolsa a quien le de la real gana del jefe del consejo o del CLAP”.

Y así fue como, según Caballo, fregaron a Casimiro, uno de esos personajes populares a quien casi todo el mundo tiene en el pueblo le tiene cariño. Él tiene su casita en el sector Boquerón, vía La Rinconada. Unos malandros que tiene por vecinos se la invadieron y las autoridades nada han hecho para desalojarlos. Por eso, Casimiro, cuyo único ingreso es su pensión de obrero jubilado, come y duerme en casa de amigos y pasa el día recorriendo la zona y hablando con la gente.

“Bueno, sobrino, el día de la venta de las bolsas, Casimiro fue a retirar la suya y, para su sorpresa y la de todos los presentes, la jefa comunal, con el apoyo del combo que la acompaña, se la negó alegando que él no vivía en el sector. Por supuesto, hubo otros casos de vecinos que no aparecieron en las listas del CLAP, pero entre tanta negadera, me parece a mí que el caso de Casimiro es relevante porque si alguien necesita ahorrarse unos centavitos es precisamente este personaje, que dicho sea de paso, tiene al Difunto como santo de devoción. ¿Este es el humanismo que predica el Heredero? ¿Así es el evangelio del apóstol de Sabaneta? ¿Esto es lo que defiende mi Gene? ¿Qué dicen a eso los parientes y amigos Leo y Culí, Rafa y su consorte, la alcaldesa? Un socialismo humanista como éste se parece muchísimo al nacional socialismo de otro apóstol, el señor Hitler. A Casimiro le negaron la bolsa, pero se equivocan si lo consideran como tal”.




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