Solo 3,3 kiloa de calamares logró capturar Roberto Bellorín. / Foto: JHONNATAN BENITEZ | @jhonnaphoto

18 Mar, 2017 | Los fuertes vientos y el cambiante clima que ha reinado en Nueva Esparta han afectado las faenas de pesca de los marinos del municipio Antolín del Campo, mermando así la cantidad de especies capturadas y puestas a la venta.

Aun con el tiempo en contra, algunos pescadores se arriesgan a zarpar y abrirse camino en el mar para llevar a tierra, aunque sea unos pocos kilos de pescado para el sustento de sus hogares y mantener la cadena de venta de estas especies.

En El Tirano, Roberto Bellorín fue uno de los que se hizo a la mar, aun sabiendo que el mal tiempo no es buen augurio de una jornada productiva. Este experimentado pescador relató cómo el mar de fondo perjudica las faenas de pesca, sobre todo si se emplean las nasas, como es común entre los pescadores de esta comunidad antolinense.

Bellorín, quien se despierta aun con la luna, salió en su bote “Ta aquí ta allá”, con otros dos hombres para lo que catalogó como una jornada “mala”, por aguas del archipiélago Los Frailes, donde capturó solo 3,3 kilogramos de calamares o lurias y otros ocho kilos de pescados surtidos.

Estas cantidades distan de las que obtienen cuando, con un tiempo a favor, logran traer a tierra diariamente hasta 20 kg de calamares y entre 80 y 100 kilogramos de peces surtidos.

Problemas

En El Tirano, los pescadores suelen realizar las faenas con cordel, palambre o nasas, estas últimas con mayor frecuencia, en vista de que -según Bellorín- se obtienen mejores resultados; sin embargo, a causa de este mar de fondo, las nasas están abarrotadas de algas, lo que impide el funcionamiento de la trampa.

La pesca de cada una de las especies marinas tiene su técnica y los calamares no son la excepción. Los pescadores del “Ta aquí ta allá” relataron que aun cuando la jornada fue mala, lograron agarrar algunas sepias con empleo de la potera (instrumento de pesca que consta de un mazo de anzuelos), pero ésta se debe hacer en horas de la mañana, cuando el agua tiene una temperatura más baja.

Bellorín explicó que cuando el sol empieza a calentar el agua, los calamares buscan las aguas frías a mayor profundidad, lo que dificulta su captura.