Playa La Galera es perfecta para desarrollar deportes acuáticos. / Foto: GÉNESIS VELÁSQUEZ

6 Abr, 2017 | Ignacio “Nacho” Rodríguez cambio su natal Bogotá, Colombia, por Venezuela y tras vivir y hacer negocios en otros estados. Hace 24 años este empresario tomó como suya La Galera, sus apacibles aguas y paisajes sin igual lo hicieron establecerse para emprender con su negocio, el restaurante “El Sitio”. Pero desde hace al menos 10 años sueña con establecer una escuela de deportes acuáticos, orientada a la atención de niños y adolescentes con discapacidades.

Los proyectos y propuestas de Rodríguez van de la mano con el optimismo por lograrlos. Aun cuando la iniciativa de la escuela de deportes acuáticos dio sus primeros pasos hace un par de año, este esfuerzo se esfumó por no contar en el estado con el personal capacitado para el mantenimiento y arreglo de los equipos de última tecnología adquiridos por el empresario.

En esa oportunidad logró obtener equipos para la práctica de esquí acuático y kayak, además de proyectar la adquisición de un catamarán para paseos y eventos, con las condiciones idóneas para la atención a los niños, adolescentes y adultos con discapacidades.

Pero esa caída no representó el olvido de este gran proyecto que está pensado con la visión de potenciar el turismo en La Galera, municipio Marcano, sino también para colocar a Margarita internacionalmente como lugar para este tipo de deportes especializados; sin dejar de lado la entrega a la comunidad de un nuevo modelo para la práctica deportiva.

Ignacio “Nacho” Rodríguez no es celoso con el proyecto y está dispuesto a incluir a los interesados. / Foto: GÉNESIS VELÁSQUEZ

Rodríguez afirma que cuenta con equipos valuados en 50 mil dólares, a la espera de la adquisición de otros como una silla con ruedas flotante, que posibilita tanto la entrada en el agua a personas de reducida movilidad como el desplazamiento por la playa. Sin embargo, cada una de ellas tiene un valor 3.200 euros, aunque existe la posibilidad de construir parte de estas sillas en el país y solo importar los segmentos flotantes.

Este empresario colombiano considera que “los proyectos son como la vida, no nos podemos desviar de la meta”, por lo que afirmó no ser celoso con su proyecto y estar dispuesto a abrir el espectro para recibir a otros emprendedores enamorados de esta idea con el fin de desarrollar la propuesta, que hasta ahora no ha tenido la mejor acogida en el sector público.

Por lo pronto, ante los obstáculos que ha tenido que enfrentar Rodríguez en su idea de establecer la escuela de deportes acuáticos que se especialice en atención a niños y adolescentes con discapacidad en La Galera, presentará el proyecto en un país caribeño.