11 Abr, 2017 | Este es un gobierno embustero. Eso lo saben hasta los propios maduristas. Nicolás es un mitómano que vive fantaseando con un país potencia, en una Venezuela en donde escasean hasta las chapitas para tapar refrescos. Todos los días –cuando no anda ofendiendo a la oposición- Nicolás habla que habla, anunciando planes que no se llevarán jamás a cabo y ofreciendo inviables salidas a la penosa crisis en que los más de tres lustros de corrupto e incompetente régimen chavocastromadurista nos han sumido.

Nicolás remató al aparato productivo nacional, vapuleado por Chávez mediante innecesarias expropiaciones, y ahora aquí se importa de todo, desde caraotas de Nicaragua hasta gasolina de Estados Unidos. Es decir, que no somos nada por culpa del actual mandatario y de la cúpula del PSUV, quienes se ven en fotos y en televisión gordos, mientras el resto de los venezolanos pierde peso y los muchachitos se desmayan en clases por el hambre.

Ahora el ministro de Pesca, Gilberto Pinto, nos viene con el cuento del CLAP pesquero, que según fue creado en marzo y que ha distribuido 5.836.000 kilos de pescado a las familias. ¿Otra mentira más?, ¿quién ha visto a este CLAP? Además de ignorarse qué especies marinas trae. En este tiempo no caería mal un pescadito para la casa. Eso sí, si el fulano CLAP pesquero existe, no me vayan a llenar la bolsa de pura sardina, métanle mero, atún, pargo, incluso langosta aceptamos, y si no consiguen esas carnes exquisitas, me conformo con unos corocoros o hasta con unos bagres para guisar en esta Semana Santa. ¿Será mucho pedir?