12 Abr, 2017 | Para el mundo y para Venezuela. Los acontecimientos así lo señalan. La conspiración internacional no deja dudas. El imperio ejecuta sus planes criminales maquiavélicamente y luego culpa a los demás. En nuestro caso, cuesta creer que haya algunos militares que se presten para el golpe, asociados al Norte y a los opositores alienados.

También los países confabulados contra nuestra patria están entre los más críticos en cuanto a derechos humanos se refiere, se muestran como perros falderos del imperialismo para atacarnos. Lo de México no tiene parangón, totalmente envilecido. Así nos llega la Semana Santa, bajo amenaza de golpe y de guerra. Hora crucial. Es una época de profunda crisis moral y material. Por eso en esta fecha, cuando se recuerda un hecho trágico y dramático de la humanidad, el sacrificio vivo de Jesucristo, que cumplió el plan y propósito del Padre, estamos obligados a hacer hincapié en el pecado, la penitencia y el arrepentimiento, para que Dios responda con el perdón a través de su infinita misericordia.

Ahora más que nunca lo necesitamos. Ante la crisis que vive nuestro país y el planeta entero, cuando sufrimos una espiral de violencia, donde lamentablemente imperan los antivalores, destacándose entre ellos la insensibilidad, el irrespeto, la mentira y la crueldad, entre otros, se impone la reflexión profunda, porque las señales globales van hacia un final. Preparémonos. La reciente decisión de bombardear a Siria demuestra que el peligro es muy grande y debe llamarnos a la reflexión.

Ni se diga en nuestro país donde grupos mercenarios contratados por la oposición, llenan de violencia y destrucción al país. Son criminales, terroristas, quienes destruyeron la sede de la magistratura y también el liceo Gustavo Herrera, además provocan a los funcionarios para que los maltraten y enviar las fotos al mundo con sus mentiras. No tienen escrúpulos. A 15 años del golpe contra Chávez, pretenden repetir la historia y se hacen los inocentes. Nadie les cree. La esperanza está en la construcción de un mundo más humano y cercano a Dios.