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29 de marzo de 2024





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Pajaritos preñados
Insisten en hacer ver que lo de la hambruna, la miseria, la muerte a manos de criminales, la escasez de alimentos, si acaso se encuentran con sus altísimos costos, CLAP incluido, es mentira, cuento. Ilusión.
Ángel Ciro Guerrero angelcirog@hotmail.com

28 Abr, 2017 | Los dos lucen abundantemente alimentados. Lentos, disimulan la barriga con sendas chaquetas que, cada una, debe costar más de cuatro salarios mínimos, por lo mínimo. Uno, el alto, lanza la pelota y el otro, retaco, la recibe pero, se nota, le cuesta regresarla. Su fatigoso respirar lo denuncia.

El primero declara que todo está bien en el país, que en el juego político viene ganando su equipo y advierte que al final triunfará el proyecto que dice liderar. Su segundón asiente moviendo, apenas, la gruesa cabeza que emerge del cuello corto enfundado. La papada ya le cae. Imprudente, como siempre, había metido la pata sin que lo regañese el llamado defensor del pueblo, al reconocer que los 500 mil fusiles servirán para defender la permanencia roja en el poder.

Cree, el que manda en Miraflores, que el pueblo es pendejo. Igual lo piensa el que manda en el partido. Ambos, equivocados de banda a banda, sonríen sin poder esconder que casi imitan al perro malo de las comiquitas, porque a lo lejos se les comprueba la sorna.

Insisten en hacer ver que lo de la hambruna, la miseria, la muerte a manos de criminales, la escasez de alimentos, si acaso se encuentran con sus altísimos costos, CLAP incluido, es mentira, cuento. Ilusión. Quieren que la gente olvide que en la calle la realidad es espantosamente contrastante con la tranquilidad, confort y seguridad que aparentan en el calentamiento previo a su partida de béisbol, ante un graderío pleno, se supone, de escoltas, soldados y oficiales.

Uno piensa que el país está feliz y lo celebra tocando tambor, bailando mal y su pareja peor, en triste imitación del ya ido que por lo menos cantaba. Y el otro, guapetón y orondo, insultando a todo el mundo mientras despacha mazazos afirmando que es hombre de paz. Los dos, hacedores de falsos escenarios, aspiran y esperan que los venezolanos, millones de terroristas porque manifiestan su desagrado ante el fracaso de esta pareja como líderes y gobernantes, terminen creyendo en pajaritos preñados.




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