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25 de abril de 2024





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La grandeza y genialidad de Humberto Cazorla se expresa en la escultura
Desde sus inicios, la obra de este artista plástico margariteño ha marcado la diferencia en este campo.
Mario Guillén Montero

Foto: YULIANNYS GONZÁLEZ | @Yuliaseret

Humberto Cazorla, escultor. / Foto: YULIANNYS GONZÁLEZ | @Yuliaseret

7 May, 2017 | Observar una escultura realizada por el artista margariteño Humberto Cazorla permite conocer toda su genialidad. El camino al mundo de las artes para este muchacho estaba literalmente a la vuelta de la esquina, pues la Escuela de Artes “Pedro Ángel González” en La Asunción estaba a unos pocos pasos de su hogar.

En principio pasaba frente a este centro de formación artística de camino al Liceo Francisco Antonio Rísquez, donde recibía su educación formal; pero cada vez que volteaba su mirada a la escuela de artes, su corazón vibraba. Es por esto que al finalizar el tercer año de bachillerato le informó a sus padres, Juan Ramón Cazorla y Petra Antonia Reyes, que había tomado la decisión de inscribirse en ésta.

Por supuesto, la reacción de su padre fue un grito al cielo pues, a su juicio, la vida de un artista estaba plagada de vicios, malas costumbres y, sobre todo, de pobreza; pero lo que no sabía era que la vida de su hijo estaba por cambiar, enrumbada hacia la grandeza.

En principio, el escultor de Atamo se orientó hacia la pintura, donde destacó sobre sus compañeros, pero había algo que le faltaba y era la necesidad de palpar lo que recreaba en el lienzo. De esta manera comenzó a coquetear con la escultura, un género que moldeó su corazón hasta ganarlo por completo.

Ya en la Escuela de Bellas Artes en Caracas, a la que acudió con el apoyo de sus hermanos, sus virtudes seguían destacando sobre las de sus condiscípulos, hasta llegar el punto que sus profesores le recomendaron salir para empezar a producir piezas, pues ya no tenía más que aprender en esa institución.

Al salir comenzó a trabajar en sus esculturas y recuerda el apoyo de la profesora Nelly Starke, quien lo ayudó a comercializarlas para ganar su sustento y seguir trabajando.

Además, Starke le ayudó a conseguir una beca Gran Mariscal de Ayacucho. Partió entonces a Italia, donde durante cinco años estudió en la Escuela de Bellas Artes de Brera, para luego ir al Instituto de Bellas Artes de Carrara, donde se formó en el moldeado de piedra, mármol y bronce.

Para Cazorla, el proceso de creación está en el medio que lo rodea; un ejemplo que dio es una pequeña hoja enredada en una tela de araña que gira con el soplo del viento, este pequeño detalle dará partida a su próximo trabajo.

Arte insular en deterioro

A su juicio, el arte en Margarita atraviesa un mal momento pues hay un déficit de profesores en las escuelas de la especialidad, además de la dificultad para encontrar materiales. Precisó que es muy lamentable ver el deterioro de las obras colocadas en las avenidas Rafael "Fucho" Tovar, Jóvito Villalba y sobre todo en la Luisa Cáceres de Arismendi, las cuales integran esa especie de museo vial diseminado por diferentes sectores de Margarita.

Para él, cada una de sus obras lleva un mensaje implícito que puede reflejar desde el estado anímico del artista, hasta la crítica a la realidad que se vive en un pueblo, región o ciudad.

Para Cazorla, el color que representa la isla de Margarita es el amarillo por la luz que nos brinda el radiante sol margariteño. Este artista le regalaría a la Isla su arte y todos los pensamientos maravillosos que la región insular genera en su mente.




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