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Prudencia y firmeza
Las introducciones que suele hacer el tío Caballo Rojo siempre me ponen alerta, aunque últimamente ha estado muy reflexivo.
Marcos Tineo M. | tineo.marcos@gmail.com

14 May, 2017 | “A mí nunca me ha gustado jugar el papelito ese de ser mánager de tribuna porque desde allí las cosas se ven más fáciles de lo que son en realidad. Además que es ciertamente odioso que un vergajo venga desde afuera a ordenarle qué hacer a la gente que se está embraguetando en el campo”.

Las introducciones que suele hacer el tío Caballo Rojo siempre me ponen alerta, aunque últimamente ha estado muy reflexivo. “Mire, sobrino, le digo esto porque a mi angustia por lo que está pasando en el país gracias a la perversidad del régimen del Heredero y su camarilla, quienes, prevalidos de su control sobre los militares, violan sistemáticamente los derechos de la gente y desacatan la Constitución, se suma otra preocupación por algunas acciones que están surgiendo como respuesta a la matazón de venezolanos jóvenes y no tan jóvenes en las calles”.

Señala que se trata de esas actitudes desbocadas de algunas personas que a través de las redes sociales hablan de saquear los negocios, tiendas y abastos, poniendo en primer lugar los que son de ciudadanos que suponen sean seguidores o afectos al gobierno, acción que, de ponerse en marcha, terminaría por sembrar el caos, el terror y la destrucción de toda Venezuela en lugar de salvarla.

“Frente a este tipo de estrategia de los desbocados y anarquistas, me parece a mí que hay que tener dos cosas muy claras. La primera es que saquear un negocio, sea de quien sea, es comerse hoy un pedazo de carne y despedirse de ese alimento porque no se sabe cuánto tiempo, o sea, la escasez y carestía que ahora se padece, se volverá mucho mayor. Lo otro es que si peleamos por volver a la Democracia, a la Justicia, a la Institucionalidad, a la Libertad, al respeto a los Derechos Humanos, no podemos cometer los mismos desafueros que el Heredero y sus malandros”.

Caballo reconoce que decir esto es muy fácil para quien no tiene delante a los salvajes de los colectivos ni de los militares disparando a mansalva, como tampoco lo es para quien le han matado a un familiar en medio de una manifestación.

“Yo, humildemente, quiero decirles a mis paisanos, a quienes siguen estas conversas, que nunca he creído en la venganza como solución a un problema, aunque confieso que he sentido el impulso de torcerle el pescuezo a más de uno. Pero tenemos que contener esos ímpetus para dirigirlos hacia el logro del fin mayor que es recuperar el país para que los venezolanos podamos volver a la senda de la paz y el bienestar. Permítame entonces, sobrino, pedir prudencia en las acciones y, paralelamente, firmeza en la lucha”.




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