14 May, 2017 | La construcción de las viviendas que ejecutan tanto el sector público como privado en Nueva Esparta pueden convertirse en un arma de doble filo, como resultado del crecimiento descontrolado de las zonas urbanas del estado, sin tomar en cuenta la planificación de los servicios públicos, muchas veces construyéndose viviendas en terrenos inestables, con vías de acceso vulnerables y sin los servicios básicos.

La ausencia de un plan urbano en la gran mayoría de los municipios de la entidad es la principal omisión a la hora de construir viviendas. “Se han realizado anuncios en torno a obras puntuales que acompañarían al proceso construcción de viviendas; pero se trata de ofertas aisladas que, aunque importantes, no forman parte de un plan urbano. Entre estos anuncios, inclusive, se encuentran la construcción de un segundo cable submarino y la construcción de una nueva tubería de agua potable desde tierra firme”.

La ejecución de nuevos urbanismos, aparte de atender el problema de la vivienda, debería emprenderse dentro de planes económicos y sociales que respondan a las necesidades de la población. “Densificar una ciudad sin adecuar los servicios básicos para sus habitantes, puede hacer colapsar el sistema”.

No se puede erigir una vivienda si no se tiene claro el plan de crecimiento de la zona. “No se puede improvisar cuál es el lugar donde se van a fabricar las viviendas y en cuáles terrenos se pueden instalar los hogares”, es necesario construir ciudades y no sólo casas. “Se densifica consiguiendo terrenos aptos para habitar, construyendo fuentes de empleo y buenas estructuras de servicios”.

Hay aspectos importantes asociados como las inversiones en infraestructura y servicios: dotación eléctrica, agua potable, vialidad, canalización de aguas servidas y creación de sitios públicos. Un punto importante a destacar de Nueva Esparta es la dependencia de electricidad y agua potable desde tierra firme, ya que aquí solo se dispone de unos generadores eléctricos a gas y gasoil, y dos embalses, que solo abastecería un 10 por ciento de la población actual del estado.

Otros aspectos que deben tomarse en cuenta para construir viviendas es el de la infraestructura hospitalaria y educativa y hasta el servicio de transporte público. “Por tanto, la inversión requerida, considerando viviendas, infraestructura y servicios, es de magnitud considerable”.

De tal manera que en los planes urbanos dirigidos a la construcción de un número determinado de viviendas, no se puede relegar el ambiente a un segundo plano porque, además de afectarlo de manera irreversible, la falta de planificación para construir en sitios urbanos atenta contra sus habitantes y el entorno en que vive.

Al igual de lo que sucede en la mayoría de las ciudades no planificadas de Latinoamérica, nuestro estado presenta un deterioro importante en los servicios públicos, que se acrecienta día a día con la construcción progresiva de viviendas y su desproporción con la inversión en los servicios públicos.

En conclusión, en matemática simple, si le agregamos más viviendas a una ciudad en esta situación, los servicios públicos colapsaran aún más y habrá más insalubridad, más miseria y menos calidad de vida en sus pobladores.