17 May, 2017 | Permanente, sistemático, violento. La población venezolana ha soportado estoicamente durante 45 días este ataque de la oposición. Un grupo de extrema derecha que sale a las calles encapuchados a incendiar, a lanzar bombas de estiércol, a trancar calles y autopistas y lo que es más grave a golpear, desnudar y a matar gente. Buscan sembrar el terror. Es el fascismo desatado, que pretende crear el caos para tumbar al gobierno de Nicolás Maduro, con lo cual aspiran a destruir la Revolución Bolivariana y lograr el sueño de sus vidas: la intervención extranjera en nuestro país. Increíble. Tienen al pueblo en esta angustia, violan todos sus derechos y logran engañar a algunos ingenuos, a través de la manipulación de la verdad, que han convertido en instrumento de muerte.

Lamentablemente, la confusión invade la mente de muchos, incluyendo a intelectuales y gente muy preparada. Necesitamos que un estado de conciencia superior nos ilumine en esta hora. Estamos sometidos a una guerra no convencional, sin contemplaciones de ninguna clase, en lo económico, en lo político, en lo social, en lo humano. La arremetida ha sido hasta con estiércol. Insólito. Sólo en alguna cárcel, del sistema penitenciario anterior, ocurrió, cuando algún peligroso esquizofrénico embadurnó las cerraduras de las rejas con su excremento. Ahora ellos se lucen y muestran al mundo su locura. Todo eso contra la mayoría de la población que clama por la paz y así está comprobado en las últimas encuestas de Hinterlaces. Más del 80% de los venezolanos quieren paz, quieren diálogo, lo cual ha sido imposible de lograr por parte del gobierno, con esta gente desalmada. Los ha convocado en innumerables ocasiones.

Pero no, ellos quieren dar un golpe violento para imponer la dictadura del neoliberalismo, saben muy bien que de otra manera sería imposible. Eso está claro. Han traspasado todos los límites de la decencia y la cordura. Esta oposición representa la destrucción, el excremento, la muerte. Hasta ahora no hemos visto a ninguno deslindarse de este acoso permanente al cual tienen sometida a la población. La oportunidad está en la Constituyente convocada por nuestro presidente de acuerdo con la Constitución vigente. Esa es la esperanza. Por eso debemos apoyarla con todo.