Porlamar
19 de abril de 2024





EL TIEMPO EN MARGARITA 28°C






¡No llores por mí, papá!
No llores por mí, papá, estoy vivo; pero no dejes de luchar tú, y no lo hagas por mí, estoy vivo, hazlo por mis compañeros asesinados. Hazlo por ellos que, igual que yo, sólo cometieron un delito involuntario: nacer y crecer en esta maldita revolución.
Celis E. Rodríguez Serrano | celisrose@hotmail.com

26 May, 2017 | No llores por mí, papá; dice el joven “terrorista” sacado de su casa por los esbirros verde oliva del régimen. No llores por mí, papá, yo estoy bien, te aseguro que aquí donde me encuentro preso tengo más libertad que quienes ordenan la represión y mi detención y muerte, y más libre aún que quienes cumplen tan nefastas órdenes.

No llores por mí, papá, estoy vivo; pero no dejes de luchar tú, y no lo hagas por mí, estoy vivo, hazlo por mis compañeros asesinados. Hazlo por ellos que, igual que yo, sólo cometieron un delito involuntario: nacer y crecer en esta maldita revolución. Lucha por ellos, papá, para que cuando logremos la libertad, ésta sea el peor castigo para nuestros represores y asesinos. Tal vez para entonces ellos estén lejos, disfrutando a manos llenas de lo mal habido del poder, pero nunca viviendo, como seguramente lo haremos tú y yo.

Tal vez lo usufructuado del poder les alcance para comprar conciencias, mas nunca podrán comprar la paz y la tranquilidad que necesitará la suya. Su peor cárcel será el recuerdo de los asesinatos cometidos, el tormento silencioso de las almas inocentes ofrendadas injustamente para lograr la libertad, arrebatada en diecinueve años de resentimiento y de mezquindad.

No llores por mí, papá, levanta más fuerte tu voz; que te oigan quienes, indolentes ante el sufrimiento de tantas familias, y ante la pérdida de nuestra identidad personal y nacional, adulan al dictador so pretexto de crematísticos intereses, o ante la perversa y servil entrega a cuotas de poder, concedidas como aliciente a su sumisión.

La Historia, como otrora, nos llama a escribir nuevas páginas en la Venezuela heroica, otra vez de la mano de nuestros jóvenes como a principios del siglo XX. Honor y gloria a nuestros valientes y aguerridos jóvenes venezolanos, y muy especialmente a los neoespartanos, verdaderos adalides y herederos del espíritu libertario de nuestros próceres de independencia, y dignos depositarios de la gallardía y del arrojo guaiquerí. ¡Qué viva nuestra juventud, carajo!




Contenido relacionado












Locales | Sucesos | Afición Deportiva | Nacionales | Internacionales | Vida de Hoy | Gente Feliz | 50° Aniversario | Opinión


Nosotros | HISTORIA | MISIÓN, VISIÓN Y VALORES