2 Ago, 2017 | Es la respuesta de un pueblo bravío, que salió a la calle contra todos los obstáculos a elegir sus 545 constituyentistas, quienes desde esta misma semana comenzarán a poner orden en el país. Ese es el compromiso y también la esperanza de los que inclusive arriesgaron sus vidas, para demostrar que no dejarán a los apátridas de la oposición destruir a la Revolución Bolivariana. Se cumple así otro capítulo de nuestra epopeya libertaria para comenzar las acciones que deberán cumplir los seleccionados y ganadores.

Al parecer, hemos sido escogidos por la Providencia como protagonistas, vanguardistas y abanderados de una región: la latinoamericana, donde se vive una historia a capítulos de episodios marcados por la valentía, la firmeza, la nobleza, la claridad ideológica, la solidaridad, el coraje y cuantas virtudes haya en los seres humanos, con algunos líderes que encabezan y dirigen las acciones pertinentes para la defensa de los ideales, valores e intereses de la Nación.

Atravesamos situaciones de las más variadas circunstancias, teñidas de sangre, sudor y lágrimas, con angustias que no parecen tener fin. No cabe duda, la población apoya el proceso revolucionario que trajo cambios para una mayoría abandonada por muchos gobiernos. Y la contraparte que se opone porque ha perdido poder y siente afectados sus privilegios e intereses, sigue empeñada en invisibilizar al chavismo, que hoy está más vivo que nunca. Ellos pretenden imponer a sangre y fuego su proyecto individualista y neoliberal, en enfrentamientos irreconciliables, rayanos en el extremo de la irracionalidad, un verdadero capitalismo salvaje que no entiende sino de fuerza bruta. Los apoya, envalentona y atiza el respaldo internacional, que no cesa de entrometerse en nuestros asuntos.

Anhelamos un mínimo de comprensión para que la mayoría que se impuso democráticamente, en elecciones libres y transparentes, pueda llevar a término el proyecto saneador, corrector y transformador de la sociedad que queremos. La Constituyente vino y se queda. Victoria popular. Abran los ojos y oídos a la realidad y respeten esta decisión del pueblo, de otro modo perderán la poca o casi ninguna credibilidad que aún les queda.