14 Sep, 2017 | El pasado 7 de septiembre de 2017, el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, en un discurso de más de cuatro horas ante la Asamblea Nacional Constituyente, anunció un conjunto de medidas que buscan hacerle frente a la dura situación económica que vivimos las y los venezolanos.

Fue la respuesta al Qué hacer ante la llamada guerra económica que desde hace un largo tiempo afecta el día a día de la economía nacional y que se expresa en el desabastecimiento de alimentos y medicinas, la especulación con los precios, la inflación, el contrabando, las manipulaciones monetarias, la falta de efectivo, la caída en los precios del petróleo.

Son medidas para la coyuntura que apuntalan hacia el nuevo tipo de sociedad y nuevo modelo económico que esté en sintonía con los principios y fundamentos constitucionales. Es de esperar que los 545 constituyentes se aboquen de manera inmediata y urgente al estudio y aprobación de estas medidas para que entren en vigencia de inmediato y ayuden a solventar la situación. Es lo que el soberano espera.

Presentó el presidente Maduro un manojo de proyectos de leyes constitucionales, vinculadas todas a lo económico. Ley de Abastecimiento Soberano y Precios Acordados del Plan 50, a través de la cual se fijarán precios “acordados” por los sectores distributivos, productivos y consumidores para 50 productos y servicios. Son productos que integran la canasta alimenticia, muchos de ellos desaparecidos del mercado por los especuladores y bachaqueros.

Esta ley no debe verse como un nuevo sistema de control de precios cuando sí, una modalidad de acordar los precios sobre la base de los costos reales y, asumiendo que el componente importado en buena medida es subsidiado por el Estado mediante el suministro de divisas preferenciales. Para darle rango legal a los Comités de Abastecimiento y Producción (CLAP), propuso Ley de Comités Locales de Abastecimiento y Producción, con la que se establecerá un nuevo sistema de fiscalización.

El jefe de Estado propuso a la ANC crear la figura de los “fiscales de los CLAP”. En términos coloquiales, serán los policías del pueblo que cuidarán que las bolsas CLAP no se extravíen en el camino y que los productos que contiene no se revendan ni se entreguen solo a los “amigos del partido”. Maduro también presentó Ley de Promoción y Protección de Inversión Extranjera, que dinamice el desarrollo integral de la inversión extranjera en el marco constitucional para el nuevo sistema de captación de divisas, una manera de diversificar el mercado de divisas y darles seguridad a los inversionistas nacionales y extranjeros.

Para garantizar los impuestos por la explotación del oro, presentó Ley de Régimen Tributario para Desarrollo Soberano del Arco Minero. Para un incremento en los centros de operaciones bursátiles, presentó Ley de Regulación y Funcionamiento para las Casas de Cambio en todo el territorio nacional, permitiendo la conversión de divisas distintas al dólar. Una ley que ya la tildan de draconiana, Ley de Impuestos a las grandes fortunas y patrimonios creados por la guerra económica.

Ley para crear régimen especial tributario para la protección social del pueblo y los delitos de la economía. En ella se creará la unidad tributaria punitiva. La octava Ley para crear un Gran Consorcio Agro Sur para conducir la batalla del desarrollo económico del campo. Estas medidas me han hecho recordar al líder chino Deng Xiaoping quien una vez dijo, “China debe reconocer que el mercado no es incompatible con el socialismo”. Ante la declaración de guerra que el capitalismo ha desatado contra el pueblo venezolano, nos toca esperar si este es el Qué hacer que necesitamos.