15 Sep, 2017 | Nos comentaba Doña Elodia la lastimosa actitud de personas conocidas que, sin ninguna razón han pretendido descalificarnos y agredirnos por decir nuestras verdades, esas verdades irrefutables que expresamos en el Zaperoco.

Grupúsculo que creíamos con algún grado de sensatez y capacidad de análisis socio-político, pero que, lamentablemente, resultaron ser unos vulgares oportunistas. Los mismos que creen ofendernos con sus malintencionadas críticas, las cuales sustentan asumiendo una defensa servil y adulante a la actuación de sus amos de turno.

¡Que pobreza de espíritu!

Nos tildan abierta y arbitrariamente de antirrevolucionarios y brincatalanquera. Ahora bien, si la certeza de tales adjetivos significa que estemos plenamente convencidos que nuestra calidad de vida, cada día que pasa va en acelerado deterioro y que hemos involucionado económica y socialmente, bienvenidos sean.

Y no solo lo aceptamos, también lo celebramos, no por ser cada vez más pobres, sino por, reconocer esa asfixiante realidad que malvivimos. ¿Acaso es mentira lo de la vergüenza de los constantes apagones y los largos períodos del suministro de agua por tubería para que al final nos llegue charco y lo criminal de la falta de comida, medicinas y cosas para el hogar y uso personal? ¿Mentimos, cuando afirmamos las burlas y los embustes de una dirigencia política opositora y otra gobiernera, ampliamente descalificada, en la cual la gran mayoría de a pie, ya no cree? ¿Es falso, que el dinero no nos alcanza para nada porque la hiperinflación y la especulación se lo devora?

Finalmente, si estar claro y reconocer esta triste y angustiante situación de sobrevivencia, es motivo para que se nos etiquete de antirrevolucionario y brincatalanquera, dignamente lo aceptamos.

Seremos entonces reaccionarios y brinca, no solo talanquera, sino también, pared, puente, Muralla China y obstáculos afines. Por último, ¿fónde queda entonces aquello del legado del Comandante Eterno: la crítica, la autocrítica y el látigo de la contrarrevolución? Muy bien, muchas gracias. ¿Oportunismo revolucionario? Por ahora está bueno, hasta el próximo Zaperoco.