Excanciller Schröder y su nueva novia coreana. / Foto: CORTESÍA heraldo.es

21 Sep, 2017 | Berlín. El excanciller alemán Gerhard Schröder, de 73 años, ha sorprendido a los medios de su país al presentarse acompañado de su nuevo amor, una coreada de 48 años, que ha sido su intérprete en viajes por Asia.

El rotativo identifica a la compañera de Schröder como So-Yeon Kim, de la que afirma habla un alemán fluido ya que representa intereses comerciales del "Land" de Renania del Norte-Westfalia en Corea del Sur.

El excanciller está separado desde 2015 de su cuarta esposa, Doris Schröder-Köpf, quien a través de su cuenta en Facebook ha confirmado la nueva relación de su marido, con quien aún no ha formalizado el divorcio.

El último canciller socialdemócrata de Alemania, en el poder entre 1998 y 2005 en coalición con los Verdes, no ha sido muy reservado en sus relaciones sentimentales, que han sido seguidas por los medios de su país con una profusión poco habitual entre el ámbito político de ese país.

La ruptura con su tercera esposa, Hiltrud, en 1997 y siendo aún él aspirante a la Cancillería, fue seguida casi al día por la prensa más popular, que relató cómo ésta le puso en la calle al enterarse de su romance con una periodista, Doris, con quien se casó.

A ese episodio siguió la difusión de curiosos detalles sobre los "motivos" del político, como que al parecer se sentía presionado por el rigor de Hiltrud, comprometida políticamente y vegetariana radical, que no le permitía comer su comida preferida, las típicas salchichas picantes alemanas.

Schröder ha participado activamente en la campaña electoral para las generales del próximo domingo a favor del aspirante y principal rival de Angela Merkel, Martin Schulz.

Su apoyo no está exento de controversia, ya que sigue causado división entre los suyos el plan de reformas Agenda 2010 aprobado en su segunda legislatura como canciller y considerado por la conservadora Merkel como puntal de la solidez económica alemana.

A ello se suma la polémica en torno a su inminente nombramiento como miembro del consejo de vigilancia de la petrolera estatal rusa Rosneft, cuestión que ha sido criticada tanto por Merkel como por el propio Schulz.