15 Nov, 2017 | La que vive Venezuela, asediada y perseguida permanentemente por el imperio y sus lacayos, que incluye a un grupo de venezolanos vendepatria. Entre sanciones y conspiraciones violentas, intentan derrotar a la Revolución Bolivariana para apoderarse de nuestras riquezas y esclavizarnos nuevamente. Eso es evidente.

Hace unos días escuchamos al presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, afirmar que Venezuela era su "peor pesadilla". Suponemos que proyectó lo que él y su gobierno son para nosotros. Nada nos extraña que no pueda conciliar el sueño, para lo cual se requiere un estado psicológico de paz y confianza, tranquilidad de conciencia, que él no puede alcanzar, no porque se lo impida Venezuela, sino porque han sido tantos los males programados que nos ha infligido, que no lo dejan descansar tranquilo.

Es la carga de conciencia que le provoca esas alteraciones del sueño o pesadillas. De nosotros, ha recibido soluciones, favores y ayudas de todo tipo. Tolerancia hasta exagerada, mientras que él sí es para Venezuela una verdadera y real pesadilla, porque ha personalizado su maldad en nuestros dos presidentes, Chávez y Maduro, utilizado en forma vergonzante por el imperio norteamericano. Es repugnante como promueve y facilita una invasión guerrerista al permitir en su territorio bases militares.

Precisamente en este momento se ejercitan en la Amazonía, junto con Perú y Brasil, comandados por EE. UU., lo que algunos consideran una invasión silenciosa. A este personaje siniestro lo que le preocupa es Venezuela, pero acaba de descubrir en su país una fosa con cientos de cadáveres, producto del genocidio cometido contra campesinos y pobres, que para ellos son desechos. Sobre eso nada dice.

Este horror merece un tribunal penal internacional para su juzgamiento, porque son actos repetidos en ese país por el binomio Uribe-Santos, delitos de lesa humanidad, por los cuales no se pronuncian los países y organismos internacionales, que permanentemente agreden a Venezuela. A nosotros nos persiguen y sancionan, a ellos los apoyan y aplauden, con todo y su carga de drogas, contrabando y paramilitares. El mundo al revés de Galeano.