Onam Tineo está feliz de estar con sus hijas Loriannys y Mariangel durante su jornada laboral. / Foto: YULIANNYS GONZÁLEZ | @Yuliaseret

3 Dic, 2017 | Ser uno de los vendedores de pescado más antiguos en la playa El Tirano le ha permitido a Onam Tineo Gómez ser testigo de los cambios que para bien o mal se han suscitado en este balneario del municipio Antolín del Campo. Aunque a quienes lo conocen les pudiera sorprender que este carismático trabajador no nació en estas tierras, él se siente más tiranero que un grano de arena en la playa.

Su historia comienza a escribirse cuando su padre Emiliano José Tineo se va a Valle de la Pascua, en Guárico, engatusado por las historias de bonanza que escuchaba ante el boom petrolero que estaba en pleno auge en tierra firme. Es ahí donde conoce a Azucena Gómez, una hermosa llanera que lo cautivó.

De esta unión nace Onam Tineo, quien a pesar de estar rodeado de llano, desde pequeño estuvo en contacto con la Perla del Caribe y con sus raíces. Aun cuando conserva maravillosos recuerdos de Valle de la Pascua, celebra la decisión de sus padres de regresar a Margarita y sobre todo al pueblo de El Tirano, donde estaban sus familiares.

Con orgullo dice ser nieto de Atanacia Tineo, la más famosa partera de El Tirano, quien trajo al mundo a cientos de personas claves en el desarrollo de este pueblo.

Con 16 años comenzó a trabajar. Su primer empleo fue en el Restaurante de Moisés, en playa El Agua, donde asegura que aprendió mucho de la vida y que fue una escuela para él y todos los que laboraron allí.

A los 23 años toma la decisión de vender pescado en la bahía de El Tirano, pues vio en este oficio una buena entrada de dinero para mantener a sus hijos.

"El pescado aquí se comercializaba muy bien. Ya tengo más de 26 años vendiendo acá y aunque desde hace seis años las cosas no han ido bien, sigo trabajando en esto porque es lo que amo hacer".

Onam Tineo afirma que antes la abundancia de pescado era increíble, en un día podía llegar a vender hasta 150 kilogramos de varias especies, pero en la actualidad vende lo que puede y las menos cotizadas, debido a la llegada de los caveros que se quedan con las mejores especies para llevarlas al exterior y venderlas en dólares.

Otros aspectos también han debilitado las ventas como la falta de efectivo.

Comentó que a diferencia de los años ochenta, ve cómo los jóvenes desean dedicarse a la pesca en vez de otras actividades económicas, aunque desconoce si esto será beneficioso o contraproducente a futuro.

Lamenta que en la actualidad el pueblo se quede sin pescados porque todo es vendido a los caveros.

Onam Tineo está soltero, pero dice sentirse pleno con la compañía de sus hijos Justin, Bitarenata, Israel, José Daniel, además de Loriannys y Mariángel, quienes lo acompañan a veces en sus jornadas de trabajo.