16 Ene, 2018 | Hace días estuvo de visita oficial en nuestro país el canciller de Portugal, Augusto Santos Silva, para firmar convenios y alarmado por la acusación del presidente Maduro contra el gobierno portugués por el fracaso en la entrega de perniles ofrecidos para la época navideña. "Con la entrega del pernil, nos sabotearon. Un país en particular, Portugal", dijo Maduro. Luego vino la arremetida contra 26 cadenas de supermercados, en su mayoría de propietarios portugueses, para que bajaran sus precios, sin respetar la estructura de costos, vendiendo a pérdida, dentro de la tradicional política oficial de "pan para hoy y hambre para mañana", endosando su responsabilidad a empresarios y comerciantes.

Dicha visita se justifica por cuanto la colonia portuguesa en Venezuela es la segunda en América Latina, solo superada por Brasil.

La inmigración portuguesa llegó luego de la finalización de la Segunda Guerra Mundial y tuvo un considerable incremento durante la dictadura perezjimenista.

Dos intelectuales, Alberto Adriani y Arturo Uslar Pietri, abogaron en la década de los 40 en la necesidad de una inmigración selectiva que contribuyera con el desarrollo nacional. Fue así como muchos portugueses, en especial de la isla de Madeira, se integraron a nuestro campo, pueblos y ciudades.

Han sido y son gente de bien, trabajadora y honrada, que ha fundado abastos, supermercados, panaderías, fruterías y otros establecimientos mercantiles, que vino a laborar día a día por la prosperidad, bienestar y progreso de todos y que ha asimilado nuestras costumbres y tradiciones en armónica combinación con las de su tierra natal. Esta gente que conocemos bien, es aficionada al deporte y la cultura, y como tal ha fundado clubes en todo el país.

Aquí, tenemos el Club Luso Venezolano, ubicado en el municipio Maneiro, que sirve de espacio de reunión y de recreación de sus familias y donde cada 13 de mayo se le rinde culto y veneración a la Virgen de Fátima, Patrona de Portugal. El Nacional, hace pocos días, reseñó lo siguiente: "Queremos que sepa las vagabunderías que nos hace este gobierno", contó un panadero venido de la isla de Madeira al canciller portugués.

Hoy, desde esta tribuna, ofrecemos este sencillo homenaje de apoyo y respaldo a la colonia portuguesa y a sus descendientes, frente al atropello y la injusticia haciéndole saber que apreciamos su dignidad, esfuerzo y dedicación puestos al servicio de Venezuela y su gente.