6 Feb, 2018 | El madurismo utiliza como una de sus armas, además de la represión y el encarcelamiento ilegítimo, la amenaza constante contra los ciudadanos que se atrevan a opinar sobre la desastrosa situación que vive Venezuela, cuestionar cualquier decisión del mandatario, o simplemente a manifestar su parecer, como sucedió con Enrique Aristeguieta, a quien por vía del abusivo Sebin, metieron preso sin respetar sus más de 84 años, como mensaje directo a quienes, de cualquier edad, pretendan decir a viva voz lo que piensan de tan infausto régimen.

Para tan retorcida intención, el gobierno no escatima esfuerzos y tampoco deja de lado cualquier maquiavélico medio, llegando al extremo de utilizar hasta a los niños para afirmar su premisa. Así vemos en televisión y escuchamos en radio a un grupo de pequeñines –imaginamos que hijos o nietos de enchufaos- defendiendo sin saber por qué al gobierno y hasta profiriendo disparatadamente la amenaza favorita de Maduro y los suyos, del "¡que nadie se equivoque!", contra el resto de los nacionales que no son fichas de su parcialidad o que están en contra de la destrucción sistemática del país y de la miseria que se apoderó inmisericorde de los hogares venezolanos.

La utilización de niños y adolescentes con fines propagandístico es contraria a las leyes nacionales, pero como siempre, a Maduro y los suyos eso poco les importa; y mucho menos al fiscal Tarek, a la Defensoría del Pueblo, ni a ninguna de las instituciones que deben velar por el sano desarrollo y protección de los menores. Todos ellos voltean hacia un lado, haciéndose los locos ante tan asqueante realidad, o lo que es peor, avalando la inicua práctica.

Bien lo dijo Malcolm X : "Si no estás preparado para morir por ella, saca la palabra libertad de tu vocabulario".

Con el lance, proveniente de la artera mano de la Asamblea Nacional Constituyente, Maduro ha buscado madrugar y poner a correr a los partidos de la MUD, que todavía no saben si tendrán tiempo de escoger un candidato único para hacer frente al inepto y obeso bailarín, que apuntalado fieramente por Cuba, China y Rusia, verdaderas sanguijuelas de nuestros recursos, poco parece importarle la miseria que se enseñorea cual ave carroñera sobre el país.

Empero, la movida no le ha salido bien a Nicolás, ante el repudio interno por su ventajosa salida al ruedo, y por el rechazo externo de países y de instituciones democráticas contra la fraudulenta manera como quiere perpetuarse, sin ningún recato por las formas, encarcelando, persiguiendo o descalificando a posibles rivales, como Leopoldo, Capriles o Lorenzo Mendoza; y eliminando factores de peso, como la tarjeta de la manito de la MUD, en su afán de aniquilar al país con su remedo comunista de Socialismo del Siglo XXI.

Para evitarlo, la oposición debe afrontar en bloque al gobierno y a su candidato, y decidir de una vez si participará o no en la engañosa consulta; y en caso de hacerlo, con un solo abanderado, evitando a toda costa que cualquier "aprontao" se lance, por coqueteo monetario con el madurismo, convirtiendo la farsa en legítima elección.