16 Feb, 2018 | No soy amigo de Dante Rivas. Ni me he contado entre sus seguidores y admiradores, aunque respeto sus cualidades en cuanto a la eficiencia administrativa, su combate práctico contra el burocratismo y su empeño en derrotar las trabas de los trámites. Cuando estuvo en el Ministerio del Ambiente le hice unas observaciones críticas por la salida de la buena amiga y excelente kamarada Yamilex Millán.

Eso fue en junio del 2013. No nos simpatizamos nada en ese entonces. Mi mayor acercamiento al camarada fue en noviembre del 2015, cuando nos tocó presentarle un documento de los Movimientos Sociales, en su condición de candidato a la Asamblea Nacional, en el de suplente de la entonces "Primera Combatiente", Dinorah Villasmil, tan aplaudida y halagada en esa época, víctima de rechazos tiempo después.

Hago esta aclaratoria inicial para que mi satisfacción y regocijo por el nombramiento de Dante Rivas como Protector del estado Nueva Esparta, no es resultado de alguna extraña conchupancia o arrebato jalabolesco, sino una expresión sincera ante lo que considero una decisión positiva. Esperamos que pasen en Margarita y Coche el protectorado a generales, coroneles y amigotes.

Dante llega en un momento nada fácil, aunque en lo positivo tiene buena compañía en los alcaldes. Nada fácil por la situación crítica del país, en especial en el área económica, por los desafueros de los comerciantes y bachaqueros, por el terrible drama del transporte público, la desaparición del aceite para motor de los vehículos, el deterioro en el servicio de Conferry, la falta de medicinas, la desaparición del CLAP, la delincuencia desatada, los robos cometidos por la Guardia Nacional Bolivariana (en sus diversas variedades), el capitalismo salvaje desatado en hoteles y restaurantes en lo referente al trato a los trabajadores, las mafias del cemento y muchos otros problemas. Además del impulso que le corresponde dar a la producción dentro de la Isla, y que tome como banderas poner a dar lo mejor a Islamar y al Hato Orinoco, entre otras valiosas experiencias que se están dando, muchas en silencio para no alborotar a las mafias, ni a la delincuencia.

Dante ha demostrado que sabe cómo mejorar el funcionamiento de las instituciones, la lucha aquí es mayor. Debemos darle el mayor apoyo, ese apoyo que en otros momentos y otros funcionarios, no han aceptado, quizás porque se le subieron los Soles a la cabeza.

Esperamos que en lo cultural nos atienda, que asuma a cultoras y cultores como sus aliados, que asuma de verdad como un legado aquello que Chávez muchas veces nos dijo: "Sin cultura no hay revolución".

Bien por Dante y por esa lucha que nos viene para recuperar espacios perdidos. Mucha eficiencia, mucho trabajo, mucho poder popular, menos generales y coroneles.