Los calabozos donde están los detenidos son tan pequeños que muchos no pueden ni moverse. / Foto: ARCHIVO SOL DE MARGARITA

21 Feb, 2018 | La situación penitenciaria en el ámbito nacional vive su peor momento. Hacinamiento, desnutrición y afectaciones de salud son problemas recurrentes en las cárceles venezolanas; en el caso de Nueva Esparta, en el Centro de Detención Preventiva, ya que desde hace dos años fue clausurado el Internado Judicial de San Antonio, luego de un bochornoso episodio que puso en evidencia la grave crisis penal que se vive en toda Venezuela.

El coordinador general de la organización no gubernamental Una Ventana a la Libertad, Carlos Nieto Palma, se encuentra de visita en Nueva Esparta dando a conocer la realidad de los privados de libertad en la región insular, la cual no es diferente a la del resto del país.

Acota que el mayor agravante de este estado es la falta de una cárcel y las complicaciones que padecen los detenidos a raíz de esta situación, en la que no se respetan los derechos humanos.

Nieto Palma explicó que desde hace seis meses abrieron una línea de investigación en los calabozos a escala nacional, resultando Nueva Esparta como un caso atípico debido a la carencia de un recinto carcelario, por lo que la realidad de los privados de libertad es más grave en los Centros de Detención Preventiva.

En Nueva Esparta existen al menos 18 calabozos en lugares como centros policiales, destacamentos militares, en la planta eléctrica Luisa Cáceres y hasta en un jardín de infancia en el municipio Marcano.

"Las autoridades civiles y militares que dirigen estos lugares de reclusión han manifestado oficial y extraoficialmente que no cuentan con los recursos para mantener los calabozos en buen estado y tampoco para adecuarlos".

"Estos fueron diseñados para albergar a los presos por un máximo de 48 horas y no por lapsos de hasta tres años, como ha estado ocurriendo en los últimos tiempos. Esa limitación impide a todos garantizar a los detenidos la mayoría de sus derechos fundamentales básicos, incurriendo más bien en actos violatorios de los mismos".

Nieto explicó que los privados de libertad cohabitan en espacios muy reducidos que son insalubres, donde abundan casos de escabiosis, tuberculosis y hasta sida.

Además, estos espacios no cuentan con comedores o áreas de aseo personal.

"El 95% de las familias de los privados de libertad son de estratos bajos y es complicado para ellos llevarles alimentos diariamente. En la Policía de Mariño se estima que el 40% de los detenidos están desnutridos".

El coordinador general de la ONG Una Ventana a la Libertad acotó que el 30% de los policías en Venezuela y Nueva Esparta cuida a privados de libertad, cuando su tarea es resguardar a la ciudadanía.

A juicio de Nieto Palma, Venezuela vive la peor crisis penitenciaria de la historia, aun cuando hace 20 años era bastante crítica.