27 Feb, 2018 | El gobierno, en su escalada autocrática utilizando al Consejo Nacional Electoral (CNE) y a la fraudulenta constituyente, llama a un proceso electoral que incluye elecciones presidenciales, diputados a la Asamblea Nacional, Consejos Legislativos Regionales y Concejos Municipales. Un megaproceso que tiene como finalidad apoderarse de la institucionalidad del país. Ese llamado se realiza contraviniendo las normas constitucionales y legales que rigen la materia. Con ello el gobierno aumenta su apuesta de autoritarismo hegemónico.

Es obvio que todo lo anterior ratifica que no hay democracia en Venezuela.

Ante tal iniciativa, los sectores democráticos han respondido. La Conferencia Episcopal, la Asociación de Rectores Universitarios, Fedecámaras, los partidos democráticos agrupados en la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), el movimiento estudiantil universitario y otras organizaciones de la sociedad civil se han pronunciado rechazando lo que consideran un megafraude. La comunidad internacional también ha rechazado por antidemocrática tal convocatoria. Algunos dirigentes que habían lanzado sus precandidaturas a la Presidencia de la República han renunciado a ello, tal es el caso de Claudio Fermín. Nadie quiere ser comparsa en el circo electoral montado por Maduro y su gobierno. En esas condiciones serían unas elecciones conocidas como de "yo con yo".

Los factores del cambio han propuesto la conformación de un amplio frente integrado por la Iglesia, las universidades, movimiento estudiantil, movimiento empresarial, sindical y organizaciones de la sociedad civil para hacer frente a las pretensiones del gobierno de perpetuarse en el poder mediante la violación de las normas constitucionales y legales.

Vienen momentos duros y difíciles que ameritan una dirección política firme y decidida. Una política que aglutine y movilice la unidad nacional contra el fraude y luche por elecciones justas, competitivas y democráticas. Un plan que articule la lucha social y política por el cambio político. Para nadie es un secreto que más del 70% de los venezolanos no aprueba la gestión de este fracaso político, económico y social llamado socialismo del siglo XXI.

Ese plan debe proponer acciones para antes, durante y después del 22 de abril, sin crear falsas expectativas ni vanas esperanzas.

En Nueva Esparta, una de las regiones pilares del cambio político, debemos asumir esta tarea teniendo en cuenta nuestras condiciones muy particulares y con amplio criterio de unidad, conscientes de la transición democrática que buscamos y necesitamos. En esa tarea cabemos todos siempre en defensa de la Constitución y la democracia.