03 Jun, 2018 | "La reelección del Embustero mediante una farsa electoral denunciada y evidenciada dentro y fuera del país lo ha obligado a emprender acciones para tratar de lograr que su segundo mandato sea reconocido por propios y extranjeros, lo cual es una tarea bien cuesta arriba y tendrá que hacer grandes concesiones para conseguir ese objetivo".

El tío Caballo Rojo llega de madrugada y luego de echarme la bendición y darse el lujo de tomarse un "negrito", sigue con sus comentarios. "El problema es que la cabra siempre tira pa'l monte y a este señor le cuesta mucho trabajo dejar de decir embustes y más aún, conseguir que se los crean. Ahí está jalándole a medio mundo para que su próximo gobierno (porque el primero se termina en diciembre) sea aceptado por los demás países y en ese intento de mostrarse como un gobernante democrático, se reunió con uno de los títeres que le hizo comparsa en la mascarada electoral, convocó a los empresarios y a la oposición a dialogar, y se sentó con los cuatro gobernadores opositores a los cuales antes había pretendido desconocer con el nombramiento de los llamados protectores y, ahora, les está ofreciendo villas y castillos".

Pero a juicio del tío, la acción más llamativa del Embustero ha sido el anuncio de la liberación de los presos políticos, cosa que se concretó el viernes en la noche con la salida de 39 de estos hombres y mujeres injustamente privados de libertad, algunos mediante procesos arbitrarios y otros sin siquiera tener órdenes de arresto.

"Por supuesto que para quien está preso poder pisar de nuevo la calle es algo extraordinario, al igual que para su familia. Poder abrazarlos, comerse un sancocho de gallina, jugar con los nietos o con los hermanos, dormir con la pareja es maravilloso. El drama viene pasados los primeros días".

Apunta Caballo que luego de esa especie de luna de miel, cuando el recién liberado intenta retomar su vida donde la dejó cuando lo metieron preso, se da cuenta de que aún tiene las manos atadas y que su supuesta libertad es todo un engaño.

"Es ahí donde reside la perversidad del Embustero y su camarilla. Los liberados no pueden declarar a los medios, no pueden ejercer sus derechos constitucionales, no pueden retomar sus roles políticos y partidistas, sus trabajos como luchadores sociales, no pueden moverse libremente dentro y fuera del país y deben presentarse cada tantos días ante un tribunal".

Al decir del tío, todo el mundo se percató de esa parodia de libertad desde un primer momento, pero ¿cómo decirle a alguien que lleva tanto tiempo tras las rejas en condiciones infrahumanas, padeciendo maltratos y humillaciones, que no acepte salir de la cárcel con tales limitaciones? "Liberados un carajo, sobrino. Frente a este nuevo embuste, hay que mantener y proseguir la lucha para que, más temprano que tarde, Venezuela pueda ser verdaderamente liberada de tanto sufrimiento".