El gran goleador, aquí en acción contra Rumania en 1998, se dedica hoy a su escuela de fútbol llamada "Aristigol", su apodo. / Foto: ARCHIVO

19 Jun, 2018 | Cuando está cerca un delantero como Víctor Hugo Aristizábal, la sensación de un gol en el ambiente es latente. No en vano es el máximo anotador colombiano de todos los tiempos con 348 pepinos, de la historia del Atlético Nacional de Medellín en el torneo colombiano con 207 y del equipo verdolaga en la Copa Libertadores con 21. En un partido amistoso en noviembre de 2005 entre su Atlético Nacional y Unión Atlético Maracaibo, conversamos con el nativo de Medellín.

Toda historia de un Mundial empieza mucho antes y para Colombia, su presencia en Estados Unidos '94 estuvo signada por una noche en el estadio Monumental de Buenos Aires el 5 de septiembre de 1993 por las eliminatorias suramericanas.

El delantero tuvo la oportunidad de estar en ese juego en el banquillo. No entró porque el técnico Francisco "Pacho" Maturana decidió no tocar el once titular ante la espectacular goleada 5-0 a los albicelestes. "Fue un momento inolvidable, a la llegada a Bogotá parecía que habíamos sido campeones del mundo y luego los comentarios de tanta gente especializada hizo que el equipo se relajara antes del Mundial y viajamos a Estados Unidos creyendo ser campeones antes de jugar", agregó, reconociendo que esas ínfulas fueron las claves del fracaso.

Antes de la cita máxima tuvo la oportunidad de jugar en Europa con el Valencia de España. "Me hizo sentir en un alto momento, aunque no tuve tantas oportunidades el hecho que pensaran en mí cuando necesitaron un delantero fue importante". En el Mundial, en el que fue suplente en todos los juegos, sucumbieron ante Rumania y Estados Unidos, antes de vencer en su último juego a Suiza en un resultado improductivo. Poco después del retorno a tierras neogranadinas, muchos jugadores sufrieron acoso y agresiones de fanáticos y de capos del narcotráfico, inmiscuidos en apuestas.

El asesinato de su compañero Andrés Escobar fue el punto más álgido de esa situación. "Fueron días difíciles, pasamos de amados a odiados. Andrés era un grande en toda la dimensión de la palabra y no merecía lo que le pasó", comentó el exdelantero paisa.

Cuatro años más tarde tuvo una cita en Francia 98. Recordó que era otro contexto: "Estábamos cuatro años más viejos. Creo que jugamos bien, pero fue un grupo complicado con Inglaterra y Rumania" y de nuevo se quedaron en la primera fase.

En 1998 jugó todos los encuentros, entrando desde el banco ante Inglaterra y Túnez; y como titular frente a Rumania. Al respecto, indicó: "Claro que quería jugar más, pero había mucha competencia en esa época para ser delantero en Colombia. Créeme que pese a no jugar, mucho lo disfruté". Sus rivales por el puesto ofensivo en la selección eran hombres del nivel de Faustino Asprilla, Adolfo "el Tren" Valencia y Anthony De Ávila.

Consultado sobre la ausencia de su país en las siguientes copas mundiales, dijo que "ha faltado un proceso. Muchos técnicos en poco tiempo no ha permitido que los nuevos valores cuajen, pese a buenos resultados en categorías juveniles". Recién regresaron para Brasil 2014 con presencia exitosa hasta cuartos de final y repiten en Rusia 2018.

Su momento culminante fue en la Copa América 2001 en su país. "Ser campeón ante tu gente y en mi caso tener la dicha de ser el líder goleador del torneo fue una gran satisfacción. Esperé ese momento para dedicárselo a la memoria de mi padre", quien fue asesinado en el centro de Medellín cuando él era un niño de 13 años. Contó que lo mejor que le dejó el deporte son los amigos. "Hermanos como (Mauricio) 'Chicho' Serna, Faustino Asprilla y René Higuita es un tesoro que tendré de por vida".

Por una lesión del ligamento cruzado se despidió del fútbol oficialmente el 12 de julio de 2008, luego de ganar cinco veces el torneo colombiano y una Copa Merconorte. Su fútbol también fue reconocido en Brasil, donde se uniformó con Sao Paulo, Santos, Vitoria, Cruzeiro y Coritiba.