13 Jul, 2018 | ¿Tendría tiempo de jugar picha, trompo, el escondío y de montar volador el niño Federico Guillermo Henrique Alejandro? ¿De enamorar a alguna bella muchacha en su adolescencia? ¿De crear problemas ajenos a la familia, que, en esa fase de nuestra edad, nunca faltan? Me atrevo a decir que, no tuvo tiempo de repartir arepas, encargadas, como lo hacía yo con mi abuela, Celestina Rojas... ¿Y, quién es ese niño con ese nombre tan largo?... ¡Alejandro de Humboldt! De alcurnia y de heredar fortuna de familia. Fortuna que invirtió en sacar a flote su genio y hacer viajes por casi todos los países del mundo. En su adolescencia tenía en su haber aprendizajes que revelan lo de su inteligencia y genio: filosofía, física, idiomas (griego, latín, francés, alemán, inglés, español, italiano, portugués, ruso y otras raíces). Grabado y dibujo (era un excelente dibujante). Administración (en la universidad de Frankfurt), botánica, naturalismo, mineralogía, antropología. Un viaje alrededor del mundo con el capitán James Cook (1772 y 1773). Minería e inventor de la lámpara de seguridad para mineros.

Levantamientos astronómicos... Aquí en el nuevo continente estuvo en América Central (México), Estados Unidos. Las islas (Margarita, Coche y Cubagua, con sus perlas famosas), Suramérica, Europa en su totalidad. Nace en Berlín, Alemania 14/09/1769 y muere en su Berlín natal el 06/05/1859. Vivió 90 años. Este famoso ser humano a lo mejor era antiofídico, porque, ni siquiera llegó a picarle una culebra... ¡Vainas! 70 años en estos avatares de investigación y experiencias fueron muy pocos, para la capacidad de trabajo que enfrentaba. Inagotable. Arduo. Emprendedor y sin medida de tiempo para desentrañar lo que fuese, con tal que fuera en provecho de la ciencia y la humanidad. Resuelto. Y, llamado, aquí, en Monagas "El Caripero Humboldt" y, con toda la razón...! Se sembró aquí por el prodigio de su clima y frío delicioso. La Cueva del Guácharo con sus pintorescos y apoteósicos guácharos, ríos, lagunas, cielos, indios chaimas y la exquisitez de sus alturas, solo estuvo con nosotros 16 meses, ¡qué bárbaro! ¡Y, cuánto logró! Nos dejó su obra universal: "Viaje a las Regiones Equinocciales del Nuevo Continente"... Escrita en 9 tomos. Y, ¿saben? En alemán, pero, fue traducida y llevada a 5 tomos por el venezolano de Lara Don Lisandro Alvarado en 1941 y publicada por la Biblioteca Venezolana de Cultura, Colección "Viajes y Naturaleza". Pues bien, lector, este texto no llega a una ñinga en relación a la densidad universal de esta obra y genio, que, al lado de su amigo y leal colaborador Aimé Bonpland, logró la hazaña más descomunal y científica emprendida por genio alguno: desentrañar la América o al nuevo continente, como le decían ellos... de Lisandro Alvarado, dice la presentación de la Biblioteca Venezolana de Cultura: "gran laborioso, erudito y vigoroso talento, investigador... nadie como él para lograr esta traducción que enaltece a las letras venezolanas y a la capacidad de aprendizaje de este genio Humboldt, quien al conocer a Bolívar, este le comentó 'nadie como tú, amigo, para enseñarnos a conocer a Venezuela y a quererla'". Para concluir, Alejandro de Humboldt odiaba "la represión, esclavitud y el despotismo contra la raza humana"... ¡Buena! ¡Excelente esa! El Río Padre, el Orinoco, lo puede corroborar... ¿Azul?