27 Jul, 2018 | En aquel entonces era cadete de cuarto año de la vieja Escuela Naval de Venezuela en Maiquetía, y, se celebraba el Bicentenario de esta bella ciudad… ¡Maturín! "7 de diciembre de 1760 al 7 de diciembre de 1960… ¡200 años, bicentenario de la Sultana del Guarapiche!". Al restablecerse definitivamente la Misión San Judas Tadeo de Maturín, por dedicación y trabajo de su colonizador fray Lucas de Zaragoza… (según el escritor e historiador José Antonio Armas Chitty).

El Ministerio de la Defensa decretó un Pelotón de Cadetes de cada escuela, para un desfile que realizamos aquel 7 de diciembre de 1960. Con banda marcial, a toda gala y la alegría inmensa de estar aquí: la Naval, Efofac, Militar y Aviación. En el pelotón de la Naval venía el guardiamarina Pedro Antonio Aguirre Fernández, hoy, el tal Perucho Aguirre. Salimos desde el aeropuerto viejo y recorrimos la avenida Bolívar entre cohetes y aplausos… ¡Pernoctamos en la ciudad bicentenaria y fue como un sueño!, siembra de amor incomparable que jamás olvidaré.

Porque aún saboreo la delicia de contemplar el verdor de sus hojarascas vestidas de preciosísimas flores, frutas y pájaros cantarinos, calles limpiecitas, alegres y emparrandadas con casas recién pintadas. El calor paternal y maternal de su gente, pueblo y los niños correteando con la algarabía de sentirse libres en su festiva ciudad, ¡inolvidable! El candor, trato y belleza de sus mujeres y muchachas, en la lozanía de sentirse amadas y requeridas… ¡Me enamoré de Maturín!...

¿Cómo no enamorarme, si, en ese instante, estaba en frente de mi futuro destino?… Andando el tiempo, ya, para graduarme, soy dado de baja de la Escuela Naval por motivos disciplinarios, muy largos, mas no dolorosos de contar. Con el tiempo, que no nos engaña, iba comprendiendo que no había nacido para matar personas ni para la guerra. Aquella no era la marinería que aprendí y amé desde niño y viví apasionadamente…

Salgo en el listado del Pedagógico de Caracas, en El Paraíso, en las especialidades de Física y Matemática y me gradúo en eso. ¿Cuál fue mi imperecedera sorpresa? Mi credencial decía: "¡Profesor de día en el Liceo 'Francisco Isnardi' y de noche en el mismo plantel 'Beauperthuy'! de Maturín". ¡Hacia El Valle del Espíritu Santo de la Margarita fui a tener a darle las gracias a la Virgencita por tanto amor y ternura… Ya de eso hacen 48 años… Hermoso sueño al crear aquí con otros margariteños, incluyendo algunos monaguenses, el grupo "Collar de Perlas" orgullo de la Margarita, Monagas y de Venezuela.

Con la entrañable satisfacción de hacerme amigo de todas las personas que he conocido: alumnos, representantes, maestros, profesores, músicos, los parranderos, ¡todos mis amigos y yo amigo de todos ellos! Entre quienes destacan los del famoso Collar… El licenciado Rubén Ferrer Rosas, cuyo nombre debe vestir la Casa del Periodista, porque él fue, es y será su alma, corazón y vida.

Los amigos del Vietnam al mando del comandante "Rabo Frito", a Pedro "Piquete", el Dr. Chucho Aristimuño, al Dr. José Ramón Lanz, al Negro Turmero, al Negro Galindo y, pare usted de contar… Jamás olvidándome de cuatro mujeres que fueron madres para mí y para Berenice del Valle en la formación de nuestro hogar: Westalia de Vásquez, Antonia Yendi de Márquez, Carmen de Lira y Juanita Lisboa de Salazar… Culmino con un pedacito de mi canción "Arboleda de Oriente"… No soy de aquí, pero siento la tristeza de partir. No soy de aquí, pero siento la nostalgia de mi hogar volver a ti, llegar a ti, a mi lugar, a mi ciudad, ¡a mi Arboleda de Maturín…!

¿Azul?