5 Ago, 2018 | “No sobrino, no es una nueva receta inventada por las amas de casa ante la necesidad de rendir la comida de la familia, más bien se trata de la acción desesperada de un régimen que no da pie con bola a la hora de sacar al país de la Cada vez más insoportable crisis en que la ha sumido a lo largo de dos décadas de mandato”.

Refiere el tío Caballo Rojo, que en los primeros tiempos del proceso, el ahora Difunto obligado por su ignorancia y acicateado por una camarilla procubana, volteó sus ojos hacia el régimen castrista para intentar recrearlo en Venezuela, como método para alcanzar sus ansias de redención social y drenar su sentimiento anti yanqui, sueño sustentado en que “si Fidel jodió al imperio, yo también puedo hacerlo si aplico sus políticas”.

Comenta que en los últimos tiempos el régimen ha inventado montones de medidas y acciones, cada una con resultados más desastrosos que la anterior, llevando la angustia de la población a niveles insostenibles, cuya desesperación hace tambalear la continuidad del socialismo del siglo 21, el cual se mantiene vigente sólo por gracia de una dirigencia opositora, obcecada también, que ha perdido sintonía con el pueblo, se niega a rectificar sus errores, y a renovar sus cuadros y sus enfoques.

“Ahora, perdido en las nebulosas, sin saber como responder a los reclamos de un país que una vez respaldó a su régimen, el Embustero buscó otro modelo que copiar: el sistema chino que no es más que la apertura económica al libre mercado, el impuso a la libertad de empresa, pero con un férreo control político de las instituciones, el ejército, la Justicia, y la democracia secuestrada por un sólo partido, cuyos jefes son los que gobiernan mediante la represión más cruel y descarnada, con juicios sumarios y sanciones que van desde la cárcel hasta el fusilamiento por cualquier tipo de delito que establezcan los llamados tribunales populares”.

Señala que acá ya se ha venido aplicando el secuestro de los poderes públicos y se ha mediatizado la democracia, y ahora han soltado un primer globo de ensayo, la despenalización de los lícitos cambiarios, medida que sin otras que deben acompañarla, como la reactivación del aparato productivo y la atracción de inversión extranjera, entre otras, sólo generará más inflación y más corrupción. “Ahora dígame, sobrino, si esta mezcla del régimen cubano con el chino no es un arroz con mango y tamarindo imposible de tragar”