4 Oct, 2018 | ¿Su amor? Dolores Mercedes Tirado. Mapire y depósito estelar de su obra literaria. Poemas. Vida de cercos y azares. Desconocimiento de su universalidad como poeta. De bandera. Aislamiento, pero sí, de infinita siembra con semillas en sus manos prodigiosas y de su mirar profundo. ¡De eternidad y bellamente poesía..! Palabras de bienvenida para todo lo amado. La lluvia, aire, ríos, la tierra sembrable. Montañas. El frío enternecedor de las alturas. Claro… Había nacido en Caripe de los Guácharos el 12 de abril de 1890. Dolores Mercedes, su permanente orquídea y sabor a café, del de sus manos y ensueños. Conciliable amor, ternura de regresos anhelados. Mujer que con solo levantar su mirar se lo decía todo y le aplaudía todo. ¡Una mujer como Dios, para todos!... ¡El bendito amor! Sí, para él, que desde niño de esa serranía y de temperar, Caripe, asimilara el trabajo de la siembra como un poema de los amores. Campesino y campechano. De estar siempre al lado del ser humano.

En sus poemas lo dice abiertamente, sin temores y con pasión desenfrenada. ¡De a caballo! De pájaros en libertad plena. Del Reino Animal al que amó según las consideraciones del caso… ¡Félix Antonio Calderón! Ella, Dolores Mercedes, hizo uso exclusivo de su obra y de su nombre. ¡De su romántico y laborioso esposo! Del que vivió solo 33 años... ¡Qué cosa! ¿Por qué morirán y escaparán tan pronto de su propia lluvia? ¡De corazón sacudido y golpeado de tan efímera existencia! Labriego de los apasionamientos. Labriego de las certidumbres para la humanidad. Labriego de la casa, mesa, padres y de los hijos, donde nunca tuvo campo la seriedad o que no permite la sonrisa. Y la satisfacción, el amor... Pues, el labriego muchacho, aún en 1915 se viste de armas y de a caballo con el Comandante Horacio Ducharne, para pelear contra Juan Vicente Gómez. Por la paz, el pan de todos y la igualdad. Aquello se les cae y Él, el Poeta, se nos viene a su Caripe. A sembrar y a vivir de su Dolores Mercedes ¡Baúl de todos sus escritos! Y ahí, de nuevo, a soñar con la magia de sus poemas y sonetos, en especial. ¡De sus laboriosas manos! Con papá y mamá, José María y Josefa, y el recuerdo permanente, serio y muy en especial de sus Maestros Don Pablo Acuña y F. Sánchez Bueno, que en Aragua de Maturín, con sus enseñanzas, le dieron el oxígeno, el fondo abonable y la valentía para convertirse en el “1er Lírico auténtico que, cronológicamente, tuvo y tiene el estado Monagas”, según Benito Raúl Lozada, poeta monaguense, en el prólogo del libro de Félix Antonio Calderón “Lirio salvaje”. Aquí su poema “La Voz del Antro” a su famosa Cueva de los Guácharos… ¡Salud quien quiera que tú seas, viajero ¿eres acaso de región extraña? Yo soy la Maravilla del Sendero que resiste en su dorso la montaña. ¿Te amedrenta el negro frío y severo? Yo no guardo en mi seno la alimaña, ni el hirsuto león ni el lobo fiero, ni el ángel infernal que el alma empaña. Penetra sin temblar hasta mi fondo, en donde el alma del silencio escondo y, aunque el misterio el corazón te asombro, haz como Humboldt, el varón valiente, que en mis entrañas esculpió su nombre y con mis linfas se signó en la frente! Caripe, 1920.

-¿Algo más?... Sí.

-Su libro “Lirio Salvaje” es necesario leerlo y releerlo… ¡Es un compañero de viajes!... ¡Extraordinario, como La Gran Cueva de los Guácharos!

¿Azul?