2 Nov, 2018 | Conozcamos a este hijo, nuevo poeta, sal de nuestra venerada e inolvidable Isla de Coche. La Isla del otro grande, Víctor Salazar, el de Y ese Tropel de Luces. Del Dr. Marval, decimista consumado y de Rafael González, el de El Carite (Ayer salió la Lancha Nueva Esparta) y tantos otros cantores y ductores de ese querido pueblo… Este muchacho, Luis Miguel Patiño, es autor de este importante libro del que soy feliz poseedor Jirones de Existencia. Ciertamente, navegable y, con Él en proa… ¿Trasfondo fácilmente perceptible de su musa, trama y esencia? ¡Su amado terrón de amores y sabores a peces recién asados, gama de tonalidades azules y de ese corazón que nos palpita a todos en la Margarita.

Cuarto Menguante y Diosa de los Mares, Coche, la Isla de los regresos permanentes! La de… ¡De aquí, pa’ Coche! Sí, señor… Por esta solemne razón tenemos que primeramente hablar de esa perfecta idiosincrasia que es Coche, porque, ella y únicamente ella, es la matriz perfecta de tanto Cantor, Compositor, Poeta y Creador de diversiones con lenguaje y estilo propio. ¡ Ninguna otra Isla como ella y, es de allí, desde ese claustro materno que surgen tantos cortesanos aborígenes de nuestro canto popular y folklore! Poetas como Luis Miguel Patiño que nos dice en uno de sus tantos poemas de su libro, Alrededor todo es tinieblas. ”Busco luz en cada paso. En el camino van quedando Jirones de Existencia. Coche, mira: Se te está llenando el cuerpo de cicatrices, la costra de las edades ocultan celestinamente tus llagas… Tal vez el bálsamo que alivia tus males lo arrastró el ultimo vendaval”…

Por cierto, que este libro ganó premio en el concurso del periódico Diario del Caribe en 1.999 en El Pueblo de La Mar, Porlamar. Poetas de la Madre Tierra –Isla- que nacen, se descubren ellos mismos, en los que el cansancio, ni en juegos. Por eso el poema es una eternidad y, los poetas; así como los músicos no mueren, jamás. En sus otros poemas, todos, son como un canto salpreso por la sal de la sabiduría, huelen, si y profundo a mar desesperada, de frente a las contrariedades; pero, que, románticamente mantienen esa gallardía del azul que nos imprime constancia, virtudes y la supergrandeza de no dar un paso en falso. Muy bello tu libro, Luis Miguel Patiño y, sigue en la proa que sé, para ti, es una balandra llamada “Coche la Isla del permanente regreso” de la que hoy tú eres uno de sus confiables capitanes.

¿Azul?