7 Nov, 2018 | El discurso que el asesor de seguridad del gobierno de los Estados Unidos de América, Jhon Bolton, pronunció el primero de noviembre en la Torre de la Libertad en Miami, confirmó que finalmente se impusieron los halcones de la política exterior de ese país.

En sus palabras, el asesor de seguridad norteamericano se refirió a los gobiernos de Cuba, Nicaragua y Venezuela, como el “triángulo del terror” o “troika de la tiranía”. En esos términos habló el señor Bolton de los gobiernos de Miguel Díaz- Canel, Daniel Ortega y Nicolás Maduro.

En lo adelante, a los efectos de la política exterior de los EEUU : Cuba, Nicaragua y Venezuela entran en un “mismo saco”. Bolton fue el emisario de la Casa Blanca de un nuevo y más despiadado esquema de sanciones contra Venezuela.

Mientras el alto funcionario hablaba en Miami, desde Washington la administración de Donald Trump anunciaba el texto de una nueva orden ejecutiva que permitirá al Departamento del Tesoro de USA bloquear las propiedades en ese país de personas y empresas involucradas en el negocio del oro con Venezuela. Y van más allá, el Departamento del Tesoro en consulta con el Departamento de Estado, quedó facultado para aplicar sanciones a operadores económicos de otros sectores, por la sola sospecha de tener alguna relación con el negocio aurífero venezolano. Con esta nueva orden ejecutiva, el gobierno de Trump amenaza con afectar el patrimonio de cualquier empresa que posea intereses en los Estados Unidos de Norteamérica y realice negocios con Venezuela.

La mal llamada Torre de la Libertad (Freedom Tower), sitio escogido por Jhon Bolton para pronunciar su discurso contra Venezuela, es el “cuartel general de operaciones” del exilio cubano en Miami y seguramente fue calculadamente seleccionada para enviar un mensaje “a García” a los electores latinos unos días antes de las elecciones legislativas de mitad de periodo “midterm”, que se realizaron el pasado 06 de noviembre en los EEUU. Pero, “el tiro le salió por la culata” y el Partido Demócrata obtuvo la mayoría en la Cámara de Representantes de USA con 23 escaños más de los que tenían hasta esa fecha y recuperaron el control de la Cámara Baja, algo que no ocurría desde el año 2010.

Le salió mal la jugada a Trump, Bolton y los sectores más radicales de las corporaciones económicas gringas que en definitiva, son las principales interesadas en “ponerle la mano” a las riquezas naturales de nuestro país. Este traspié los obliga a ponerse “creativos”, pero no cesarán en su empeño. Por ahora, se les calentó la champagne a los habitué de la Torre de la Indignidad.