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Apuraditos de nuevo Cuando el Presidente Nicolás Maduro anunció el lanzamiento del Petro y el puntillazo final al reinado del dólar, no me sumé a la contentura mayoritaria dentro del chavismo. Opté por el silencio cauteloso. Pedro Salima │
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7 Dic, 2018 | No somos de los que apenas algo aprieta al gobierno de los Estados Unidos salen a anunciar el ocaso del imperialismo gringo a la vuelta de la esquina. En nuestra opinión no se llega a sumar el poderío económico, militar, invasor y cultural por la voluntad de Dios alguno, ni tampoco es algo que se logra de un día para otro. De allí que, a pesar de las crisis, los gringos siguen todopoderosos, imponiendo su modelo en la mayor parte del mundo y logrando que hasta en nuestras escuelas bolivarianas celebren el Halloween y el Papá Noel como si fuesen nuestros. Cuando el Presidente Nicolás Maduro anunció el lanzamiento del Petro y el puntillazo final al reinado del dólar, no me sumé a la contentura mayoritaria dentro del chavismo. Opté por el silencio cauteloso. Eso sí, leí decenas de artículos escritos por conocedores del tema donde se anunciaba el reinado del Petro y metían el dólar en terapia intensiva. En ninguno de los artículos se trataba el tema de la reacción de los gringos. Parecía que Trump, su equipo de gobierno, sus asesores y consejeros se cruzarían de brazos ante la aparición del Petro. A bastantes meses de aquel lanzamiento, el dólar sigue mandando en nuestra economía e impone precios y conductas en el mercado. Cuando apareció el Bolívar Soberano y se ancló el bolívar al Petro, también el júbilo fue mayoritario dentro del chavismo. Llovieron los artículos de prensa anunciando una nueva era llena de prosperidad para los venezolanos. El camarada Maduro nos cayó a muela de nuevo. Y nada. El dólar sigue allí. El valor del Petro sube, pero nadie sabe por qué. La inflación se come cualquier salario. Los gringos celebran que su economía ha mejorado. La nuestra sigue de capa caída. El cámara Maduro no cae a muela otra vez, pero pocos le creen. La contentura no se siente. Y el dólar controla la vida del venezolano. Se sospecha que Trump y los consorcios petroleros no ve con buenos ojos que Venezuela presida la OPEP, pues el objetivo central de una presidencia de este tipo sería subir el precio del petróleo. Es de suponer que el gobierno del camarada Maduro movilizará nuestros mejores especialistas petroleros en función de tales objetivos. También es de suponer que Maduro está claro en que el General Quevedo no ha demostrado destreza en el tema petrolero (la producción baja cada día), que no ha sido capaz de enfrentar la mafia de los lubricantes (supuestamente en manos de los militares) y que como parte del componente Guardia Nacional no es garantía de resistencia ante un bombazo de dólares por el pecho. Para los gringos el tema es preocupante, no porque su hegemonía corra peligro, ni porque el dólar pierda su valor; sino porque si nuestros voceros en la Presidencia de la OPEP hacen su trabajo, nuestras finanzas mejorarán, con Petro o sin Petro.
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