EL TIEMPO EN MARGARITA 28°C |
Luisa Boadas tiene conexión vital con su Isla Durante años mantuvo abierto un bazar en la calle Zamora de Porlamar, donde en la actualidad solo alberga sus más preciados recuerdos en forma de objetos disímiles, fotografías y plantas. Desde su mecedora o tras las estanterías del local observa los cambios de la ciudad. Yanet Escalona | @YanetEscalona
Luisa Boadas conserva un espíritu de gran jovialidad, viendo desde sus espacios vitales el crecimiento de una ciudad que cambia. / Foto: CORTESÍA 12 Dic, 2018 | En una vieja casona de la calle Zamora entre Fraternidad y Fajardo de Porlamar transcurre la existencia de Luisa Boadas, quien desde ese espacio vital ha visto los altibajos de la ciudad marinera, sus épocas de oro y declive, hasta la fecha en que, desde la mecedora o tras las añejas vitrinas, ve el pasar del tiempo. En este mismo sitio funcionó un bazar donde vendió todo tipo de mercadería, chucherías, pavas (sombreros), papel de regalo, entre muchos otros objetos utilitarios o decorativos. Así como vio florecer el comercio de esta ciudad, ha visto su declive. “ Todos estos pequeños negocios se fueron abajo”, expresa con melancolía. A pesar de ese sentimiento, Luisa Boadas sigue abriendo puntualmente el local, pero ya no para la venta, sino porque es su manera de conectarse con esa ciudad donde echó raíces, desde los 11 años, procedente de su natal San Juan Bautista, municipio Díaz. Por ello el pasado tiene vida aún en este espacio urbano, donde el tiempo parece inalterable, a merced de los recuerdos patentados entre diversos objetos, plantas, fotografías y adornos que permanecen en las vidrieras y estantes, prácticamente expuestos a modo de colección. Allí resume su vida y cuando la gente pide precios les informa que “no están a la venta”. Es, simplemente, su espacio a modo de recuerdos, anécdotas y de vivencias que nutren el alma. DESDE EL BAZAR A pesar del declive de la actividad comercial, no baja las santamarías. Cada mañana por rutina abre el local y en su mecedora, o tras las bastidores, transcurre su vivencia. CON LAS PARRANDAS Entre sus recuerdos, menciona a un personaje popular de su calle, la maestra Isabel María, quien era estricta con los alumnos que recibía en su casa. Cada uno llevaba su pequeña silla de madera para recibir la lección del día, y ella los enseñaba a leer y a escribir. -Los preparaba y cuando salían de allí iban directo a cursar el tercer grado. Eso sí, era muy estricta. En 2004, tras el fallecimiento de este popular personaje, llovieron las palabras para elogiar a Isabel María, “por su consagración en cultivar mentes infantiles para la educación y cultura de nuestra región y por su calidad humana llena de matices con su sencillez de espíritu bondadoso”.
| ||||