EL TIEMPO EN MARGARITA 28°C |
Primera parte de “Ángel temprano” Ella es una costra de octubre que me arranco adrede, para que duela y sangre,
y no sane nunca. Juan Ortiz
3 Sep, 2019 | I ¿Qué harás con las palabras que te traje del mar?, ¿adónde pondrás la casa de agua de orilla, la taza de peltre, el mangle y la voz de mi vieja llamando a los muertos? ¿A cuál lugar llevarás tanta luz sin que se rompa? De todo lo acabado he tomado un poco y me he hecho un catre de espera para aguardar las horas de retornar a ti cuando toque de nuevo remendarme el nombre. II Ella es una costra de octubre que me arranco adrede, para que duela y sangre, y no sane nunca. III Mi sexo más peligroso siempre ha estado en la letra. Si te trepo al ojo llegaré a tu mano y en cualquier instante te vendrás conmigo. IV Si me acompañas en este amor sin decir te amo, estaré a cada instante, sujeto a ti por más que una palabra, y la raíz será más honda, y seremos una piedra con mariposas por dentro. Voy al lado del camino, lo sabes, quiero arrancar las paredes del tiempo hasta nuestro ahora, pero aún falta, y morir queda cerca. Vivir esto es comprender el infortunio mientras la sonrisa corona el triunfo, y vamos de sepelio en sepelio y la gente va alegre con uno sin saber qué pasa. Esta cruz de café que visita en las horas de la costumbre quita el sueño de la mano contigo, y saboreo tus muslos, otorgándote adentro las luces de mi lengua... Para ese entonces volver es tarde, y el corazón se vuelve un lugar de andar rara vez, olvidándose de quien fue uno, porque conviene doblar la vida y guardarla hasta que sea prudente y pueda verte de nuevo.
| ||||