Porlamar
19 de abril de 2024





EL TIEMPO EN MARGARITA 28°C






Las plantas también lloran
Mientras tanto varios periquitos que, de un tiempo a esta parte, han frecuentado los conucos de la Tacarigua de Margarita, formaban un alboroto porque descubrieron dentro del follaje una pomalaca madura
Emigdio Malaver G. / emalverg@gmail.com / @Malavermillo

4 Oct, 2019 | Juancho Marcano llegó a su pequeño conuco y como vio que los envases donde coloca agua para los pájaros, estaban vacíos, vino y los llenó del ansiado líquido y rápidamente unas angoletas (torditos, en otros lugares) llegaron y observó la alegría de dichas aves al tomar agua limpia y de paso aprovecharon para tomarse un baño, con dicha agua fresca que les mojaba la oscuridad de su plumaje.

Mientras tanto varios periquitos que, de un tiempo a esta parte, han frecuentado los conucos de la Tacarigua de Margarita, formaban un alboroto porque descubrieron dentro del follaje una pomalaca madura y aquello en tan improductivo paisaje por la sequía, era un tesoro que alegraba a cualquier ave amante de las frutas.

El periodista que disfrutaba de la contentura y de los cantos de los pájaros, caminó hacia la mata de parchita y recogió varios frutos del suelo y después agarró unas berenjenas, y luego observó más allá de su conuco, que habían talado un árbol y reflexionó en voz alta: ¿Por qué hay que cortar los árboles a veces?

Como estaba cerca de la mata de mango, ésta al escuchar a Juancho, le manifestó:

- Tú dirás, amigo Juancho, que yo la tengo agarrada con los hombres, pero es que ustedes no entienden que la naturaleza o el medio ambiente tienen que respetarlo para poder vivir armoniosamente.

Fíjate tú, te voy a recomendar que si no es estrictamente necesario, no cortes los árboles y menos trozarle las ramas por deporte, pues ellos también lloran, pues tú has visto que al cortar sus cepas, algunos sueltan una especie de líquido, que son sus lágrimas que también tienen como ustedes .

El periodista, sensible y respetuoso de la naturaleza, oyó a su amiga y le dijo: “Tienes toda la razón, pero qué podemos hacer, aunque se hacen esfuerzos para que ciertos hombres entiendan que hay que cuidar el medio ambiente, y no lo hacen.

Juancho Marcano, se despidió de su amiga y con su perro Pipo siguió recorriendo el conuco.

Nota: Si quieres leer los cuentos de mi libro “La Venganza de la Mata de mango”, abra el siguiente enlace:

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