4 Oct, 2019 | Dos hechos políticos han marcado un nuevo desencuentro en el seno de la oposición venezolana.

El primero, la instalación de una Mesa de Diálogo entre el gobierno del presidente constitucional Nicolás Maduro y la oposición democrática representada por Avanzada Progresista, el Movimiento al Socialismo, Soluciones, Cambiemos y Esperanza por el Cambio.

Luego, la reincorporación de los parlamentarios del Bloque de la Patria a la Asamblea Nacional.

Esta iniciativa que de inmediato recibió el guiño de la comunidad internacional, la que no responde per se a los intereses de la política exterior de los EEUU, activó las alarmas en la cúpula dirigente del G4 (Acción Democrática, Primero Justicia, Un Nuevo Tiempo y Voluntad Popular) y ocasionó un movimiento parlamentario esta semana que provocó un serio enfrentamiento entre los más radicales y el grupo liderado por el presidente de la Asamblea Nacional.

En la sesión de la AN de este martes aprobaron un nuevo acuerdo denominado de "ruta política integral" que omite el cese de la usurpación y asume el diálogo impulsado por el Reino de Noruega.

No es una sutileza como pretende hacer ver ahora en un intento de rectificación el señor Guaidó. Es un cambio en la línea política de los capitostes de la AN, porque entre otras cosas, el padrote que los dirige enfrenta la posibilidad de un impeachment en su país.

Según los contradictores de lo aprobado este martes, se infiere que la AN descarta la posibilidad de aplicar TIAR o la Responsabilidad para Proteger (R2P), que según su retorcida interpretación permitiría la conformación de una coalición militar internacional para ocupar Venezuela.

Se convencieron que el Gobierno nacional está dispuesto a enfrentar una intervención militar y activó los mecanismos de defensa de la república. Los ejercicios militares en la frontera con Colombia realizados en días pasados, así lo confirman.

La verdad es que en la oposición venezolana; Bertucci, Falcón, Fermín, Mujica y Zambrano, le arrebataron la iniciativa del diálogo a los dirigidos por el jefe parlamentario y evidenciaron que se equivocaron nuevamente los dirigidos por Guaidó y cía. Los dejaron en la disyuntiva de entregarse totalmente a la aventura de una intervención militar extranjera o de regresar a sentarse con el gobierno.

El pueblo opositor cada día está más convencido de que la única salida es el diálogo y le exige a los dirigidos por el G4 que lo asuman con dignidad. Los están forzando a dar “un pasito para atrás por favor”. Los otros, cada día están más aislados.