15 Oct, 2019 | Uno de los hechos políticos y militares que marcan un hito importante en nuestra historia política contemporánea es el derrocamiento del gobierno del general Isaías Medina Angarita el 18 de octubre de 1945.

Fue un acontecimiento controversial y polémico que ha dividido la historiografía nacional. Algunos lo califican como un golpe de Estado o cuartelazo militar y otros “revolución de octubre” por los resultados que se alcanzaron a partir de su consumación.

Estamos obligados a discutir estos hechos y hacer reflexiones críticas de ellos, porque como se ha dicho y repetido constantemente, los pueblos que no conocen su historia, no saben interpretar su presente ni mucho menos diseñar su futuro.

El próximo jueves 17 de octubre en horas de la mañana realzaremos un foro conversatorio sobre este tema con la participación del Dr. Pedro Cabello Poleo, Presidente del Consejo Superior de Unimar, Manuel Antonio Narváez, director de Planificación de la gobernación del estado y quien suscribe, todo dentro de las actividades que desarrolla el Grupo Región Insular y la Cátedra Libre Universitaria “Educación para la democracia “Dr. Jóvito Villalba.”

Los protagonistas fueron, desde el punto de vista militar, el entonces Mayor Marcos Pérez Jiménez y desde el punto de vista civil y partidista, Rómulo Betancourt, quien asumió el cargo de Presidente de la Junta Revolucionaria de Gobierno, una vez derrocado el general Medina.

El general Medina dirigía los destinos del Estado venezolano agobiado por las presiones. Por el lado de la institución militar, Pérez Jiménez consideraba que había mucha inquietud entre los oficiales ya que se corría el rumor de convertir a las Fuerzas Armadas en algo así como una Policía Nacional y por otra parte, las manifestaciones de atraso de los militares de nuestro país respecto a otros países latinoamericanos, comenzando con nuestra vecina Colombia.

Por el lado civil y partidista, Rómulo Betancourt luchaba por establecer un régimen democrático con elecciones libres para la Presidencia de la República, que nunca habían ocurrido en el país, pero que el gobierno de Medina había comenzado a dar los primeros pasos.

Del lado del gomecismo también había presiones para mantener los privilegios de los sectores militares y civiles encabezados por el general López Contreras.

El general Medina logra un acuerdo con AD y los militares para un gobierno de transición encabezado por Diógenes Escalante, embajador de Venezuela en Estados Unidos. Escalante viene a Venezuela y pierde la razón, por lo que Median designa como sucesor a Angel Biaggini. AD y Pérez Jiménez consideran roto el pacto e insurgen contra el gobierno de Medina y lo derrocan.

¿Se justificaba ese hecho político y militar? ¿Colocar a los militares como árbitros de la política fue correcto? Son temas que deben debatirse porque tienen mucha actualidad. Los esperamos.