17 Oct, 2019 | Idéntico drama. Al de la Patria. Montañas, mares, ríos y playas. La tierra.

Deplorable, sí … Igual ocurrió con tu Alma Mater de amor y ahínco; por tus pueblos, llanos. Histórico proceder.

Glorioso eres e invicto … ¡Único General invicto, sí, del Universo! Y, eso, a los ojos y ante la sangre; cerebro de cualquiera, pesa, sí… ¿No se dice que “la avaricia rompe el saco”? Ocurrió… Abundan criterios y opiniones.

Conjeturas a granel y, a medida que uno se adentra en las posiciones y planteos de aquel momento tan crucial y de tanta tristeza ¿Cómo no imaginar la pirámide invertida en los sentimientos de Piar? Ustedes rehicieron el fogón de la Patria -Oscuridad, ausencia de justicia y amor-. Eso quema y por eso nos destruye. La oscuridad eran los clarines horribles de Antoñanzas.

La desolación de Zuazola. La ironía de Tizcar con la red de sangre rebelde de Morales. Zerberis se lo exigía a Monteverde: “pasemos a todos estos pillos criollos por las armas”.

Tu sangre corrió a borbotones por la plaza de Angostura y una mujer desconocida se apodero de una Corona de Flores naturales, que, alguien habrá colocado allí, donde, aún, lagrima tu heroica sangre.

Él lo había dicho “Americanos contad con la vida aun cuando seáis culpables. Españoles y Canarios contad con la muerte”. Bolívar sí sabía en lo profundo de su corazón lo que estaba haciendo y, el porqué.

Aquel 15 de octubre eres condenado a ser pasado por las armas, es decir, ¡Fusilado! Tavera Acosta no solo lo dijo, sino, que, lo dejó escrito. “Este hecho es y será una negra mancha en nuestra Historia”. Lo condenaron por “desertor, conspirador y sedicioso”.

El General en Jefe Carlos Manuel Piar, antes de ese hecho dijo ante el Dios Padre Creador, en la iglesia de Angostura: “Hombre Salvador, esta tarde estaré contigo en tu mansión.

La de los justos, Ahí no hay intrigas ni falsos amigos. Infames y alerosos. Yo sé por qué voy a ser fusilado”. ¡El Cristo debe haberse ido en llanto!
¿Azul?