17 Ene, 2020 | Largo tiempo sin fastidiar a los lectores. Bien los quebrantos de salud, bien las flaquezas humanas, bien el tiempo dedicado a la escritura de una novela, bien la desazón ante el predominio del mazo por encima de la tolerancia y el pluralismo formaron parte de esta tregua en el Palabreo. Tiempo durante el cual, para mi agrado y sorpresa, muchas personas en la calle, en la cola de un banco, en el mercado me reclamaron este silencio. Se presume un año difícil, pero esperanzador; también imprevisible. En nuestra Patria Bolivariana sigue el escenario de una lucha polarizada, que se inició con un triste espectáculo en la Asamblea Nacional, en el cual creamos el escenario para que un payaso maromero volviese a aparecer como víctima. Se requiere menos presencia militar, mayor tolerancia, mucho diálogo y amplitud. Más Maduro, menos mazo.

A nivel internacional, en América Latina, Bolivia es una incógnita. Todavía no superamos el dolor por Evo. Aún no encontramos una explicación lógica a lo sucedido en el hermano país. De acuerdo a las acciones del gobierno actual en Bolivia para impedir que el partido del líder indígena pueda participar libremente, a la actuación de la OEA, a los caprichos de Trump la situación es difícil, pero hay que mantener la esperanza en un pueblo que tras siglos de opresión, intolerancia, racismo, invisibilización logró acceder a la democracia bajo el liderazgo de un hombre sencillo, tenaz y heredero de las mejores tradiciones de los pueblos originarios. España es otra incógnita, aunque los más incrédulos no esperan ningún cambio, pues no apuestan nada ni al Presidente Pedro Sánchez, menos al PSOE, y tienen dudas sobre Podemos y Pablo Iglesias. Este pesimismo se sostiene en razones lógicas, pero la inclusión en el Gabinete Ejecutivo, aunque sea en un Ministerio por poca importancia, de un militante del Partido Comunista de España, no deja de ser un aliciente; en especial si consideramos que el camarada Alberto Garzón, coordinador de Izquierda Unida, es un joven talentoso, admirador de Fidel y defensor del derecho de Venezuela a decidir su destino. Garzón publicó en el 2017 un libro extraño en estos tiempos, “Por qué soy comunista”. Por supuesto, la presencia de un comunista en el gobierno español ha despertado el anticomunismo de los sectores más reaccionarios y conservadores de la patria de García Lorca.
Esperanzas, pues, en este año que se inicia.