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25 de abril de 2024





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¿Relajación o relajo?
Pareciera que hay el convencimiento de que el peligro ya pasó y que son otros y no nosotros, los que pueden morir por esta pandemia. Craso error. Por favor lector, no confunda relajación con relajo, pues seguro que lo lamentaremos.
Marcos Tineo M. tineo.marcos@gmail.com

5 Jun, 2020 | La flexibilización de la cuarentena anunciada y puesta en marcha por el gobierno nacional y asumida de manera no muy responsable por muchos de nuestros paisanos acá en la Isla, estimulados por algunas personas revestidas de cierta autoridad o con incidencia en los controles establecidos, obliga a una reflexión, pues en el ambiente se observan actitudes que reflejan el pensamiento de que la pandemia está en retroceso, cosa que contradictoriamente, las cifras que día a día suministran los voceros oficiales desmienten rotundamente, toda vez que el número de contagios sigue aumentando en el país, y en las naciones vecinas a Venezuela.

Ante esta situación, creo saludable recordar que existe una gran diferencia entre dos conceptos que son antagónicos, aunque algunos los perciben como sinónimos. Se trata de Relajación y Relajo.

El primero es definido como cualquier método, procedimiento o actividad que ayudan a una persona a reducir su tensión física y/o mental. Generalmente permiten que el individuo alcance un mayor nivel de calma, reduciendo sus niveles de estrés, ansiedad o ira.

Por lo contrario, Relajo es desorden, falta de seriedad, barullo, holganza, laxitud o disminución de la severidad en el cumplimiento de las normas.

En esta situación de pandemia que llevó a que, en todos los países del mundo, unos primero y otros después, establecieran el confinamiento de la población, la relajación fue una de las primeras recomendaciones hechas a la gente, pues todos nos veíamos constreñidos a suspender temporalmente nuestra actividad rutinaria en el seno de nuestra sociedad.

Ante la creciente angustia por ver limitada nuestra capacidad de producir recursos económicos y con ello, restringir el acceso a bienes y servicios, sobre todo a los alimentos, medicinas y posibilidad de diversión e interacción social, el llamado era a la relajación, mantener la calma, el sosiego, a tomárselo con soda, como solía decir el recordado columnista Marcos Dublín.

Pero desde el comienzo de la cuarentena y mucho más ahora que estamos entrando a la “nueva normalidad” hay gente empecinada en confundir la Relajación con Relajo. Así lo vemos en las colas para comprar alimentos y otros productos como la gasolina que constituye por cierto en el mayor relajo del mundo, en las tertulias que forman vecinos en las calles. El abandono de las normas recomendadas para evitar la propagación del coravirus está generalizado. Pocos respetan la distancia señalada y el tapabocas se ha convertido en un curioso collar que se utiliza para proteger el cuello del usuario.

Pareciera que hay el convencimiento de que el peligro ya pasó y que son otros y no nosotros, los que pueden morir por esta pandemia. Craso error. Por favor lector, no confunda relajación con relajo, pues seguro que lo lamentaremos




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