22 Jul, 2020 | (Al hermano y amigo trovador, Ernesto Enrique Rodríguez)

Lo que te viene en la sangre es un arcángel de verso leve y mortal,

ala izquierda en la noche de quien te escucha,

lobo de la rama de la mujer sentada en la Habana vieja,

animal de viento,

de cuerda y madera.

Presentir el aire y su descendencia desértica,

de colores ambiguos,

mártir acorde que no halla su espacio,

dice parte del vuelo que te fue cedido.

El camino desoya de los ojos el recuerdo y la piel que se trajo,

volver la mirada atrás y revolver las ventanas a ver si sueltan las imágenes perdidas en ellas,

nos recuerda la suerte cíclica de este viaje.

Te habla otro venido de la sal que sabes en los sueños que asustan,

que dicen que ya nos fuimos de este juego al que luego le dicen vida,

pero le supimos a tiempo en la hoja y la voz,

en cada arte posible sobre hembras y barcos negros.

Pájaro de Cuba,

ala derecha del Caribe,

cuando dejes la casa sonora

se hará una endecha en tu nombre

y el silencio conocerá su luto.