14 Oct, 2020 | Es verdad, el Gran Cacique Guaicaipuro merece todos los honores, entre ellos que la autopista caraqueña lleve su nombre, pero es injusto e inadmisible que al mestizo Francisco Fajardo, de madre indígena margariteña y padre conquistador español, se le tilde de genocida de sus propios hermanos. Por sus venas corría la sangre guerrera de su abuelo el Cacique Charaima.

El margariteño mestizo, Francisco Fajardo, es verdad, emprendió una colonización hacia el Centro de Venezuela, pero no lo hizo para aniquilar a sus hermanos, sino para fundar pueblos con indígenas Guaiquerí.

Por algo los conquistadores españoles lo acusaron de fundar poblados con indígenas, apoyado con caciques aguerridos, como Naiguatá y Terepaima y no con colonos. Cerca del valle del Collado halló oro y allí el margariteño mestizo fue apresado por el gobernador, Pedro Miranda, obligándolo a regresar a su Isla, mientras los avariciosos españoles, exterminaban a su pueblo.

En el año 1552, Francisco Fajardo vuelve a Tierra Firme, pero es apresado en Cumaná, tras ser acusado de traidor por la Corte de España es ahorcado, su cuerpo desmembrado y exhibido en los cuatro puntos cardinales, para amedrentar a los indígenas de la Costa, que veían al margariteño como un líder de la raza Guaiquerí.

De acuerdo con lo expresado por el fallecido historiador bolivarianólogo, Jorge Mier Hoffman, en una Carta Abierta al presidente Maduro dice: “es una afrenta a Francisco Fajardo, una humillación al gentilicio margariteño, un exabrupto histórico y una afrenta al pensamiento de nuestro Libertador”.

Muy bueno es iniciar la descolonización de los espacios públicos y reivindicar a nuestros indígenas, pero no debemos cometer estos errores históricos. Es inadmisible e injusto ¡Venceremos!